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Cuando preguntas a Ester Vidal qué es el 'dancehall', responde que “no es solo un género musical ni un estilo de danza, es toda una cultura”. Después de años de hacer ballet clásico en una escuela de danza en Sant Martí, Ester se inició en las danzas urbanas, y cuando se cruzó con el 'female dancehall', se enamoró.
Este estilo proveniente de Jamaica, dice, le ha ayudado a mejorar su autoestima. "El 'dancehall' se centra mucho en la aceptación del cuerpo y en el amor propio, y también en los deseos que tienes", explica. Es un estilo muy explícito sexualmente y le caracterizan los movimientos marcados y sensuales. Eso sí, “en el dancehall tienes el poder de decisión: puedes bailar para ti misma o para otro. ¡Y las dos cosas están bien!”.
Ahora, Ester es una de las integrantes del grupo Di Chicass, una compañía de 'female dancehall' que ha ido creciendo y que le ha abierto muchas puertas. Por ejemplo, ha podido ir de gira con Bad Gyal y formar parte de su grupo de bailarinas. Pero ya hace un tiempo que Ester también se dedica a compartir sus conocimientos de baile con otras personas. “Quería tener un proyecto propio y crear mi contenido” y eso la llevó a abrir un grupo de clases de 'dancehall' en una sala de baile de su barrio, y poco a poco se fue apuntando gente.
Con la pandemia, sin embargo, decidieron llevar las clases a la calle y se reúnen por la tarde cerca de la plaza de Les Glòries. “Cada vez hay más grupos ensayando en esa zona, bailan 'dancehall' y también otros estilos urbanos”, explica Ester. "Se ha convertido en un punto importante de encuentro para la gente que quiere aprender a bailar".