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Ha acogido desfiles de la pasarela 080 y Woody Allen lo eligió como taller del pintor -interpretado por Javier Bardem- de la película 'Vicky Cristina Barcelona'. Este edificio fantasmagórico es obra del escultor Xavier Corberó (1935-2017), quien lo diseñó para ser una escultura habitable, lleno de construcciones laberínticas y un bosque con personajes de piedra y bronce.
En 1968, Corberó empezó a trabajar en este proyecto situado en el corazón medieval de Esplugues de Llobregat. La idea nació con la compra de una masía, Can Cargol, que Corberó quería convertir en un lugar para vivir y trabajar, pero que sirviera también refugio para otros artistas.
Poco a poco, fue añadiendo alrededor otros ocho edificios: en el período de cincuenta años, Corberó construyó varias viviendas, estanques, jardines, y patios con arcadas de cemento a varias alturas. De hecho, el artista -conocido por haber diseñado las medallas de los Juegos Olímpicos de Barcelona- se hipotecó muchas veces para poder seguir ampliando esta colosal construcción.
Aunque el proyecto quedó inacabado cuando el escultor murió a los 81 años, este singular espacio cuenta con 1.995 metros cuadrados edificados sobre una parcela de 2.055 metros. Para mantenerlo, la viuda del artista -que ahora es la única inquilina del complejo- ha alquilado la casa para eventos, rodajes y campañas de publicidad.
Pero esto está a punto de cambiar: ahora, el Ayuntamiento de Esplugues ultima la compra por 2,9 millones de euros de esta construcción tan especial. La idea es dar al Espai Cobreró una nueva vida y convertirlo en un equipamiento cultural abierto al público.
¿Qué se esconde dentro de este edificio fantasmagórico?
El Espai Cobreró es un cuerpo lateral construido en la planta baja perpendicular a la calle Església de Esplugues de Llobregat. Alrededor hay varios patios, embalses de agua y un auditorio subterráneo con capacidad para entre 250 y 300 personas. El auditorio, de unos 700 metros cuadrados, es un espacio de gran interés arquitectónico, ya que tiene una planta libre con un techo abovedado y, aunque muy grande, no tiene columnas de soporte.
El espacio más singular de todo el complejo es una edificación con forjados de hormigón armado y arcos de medio punto. Situada entre dos patios, esta construcción genera una serie de terrazas abiertas o semicerradas en diferentes alturas. Además, el complejo incluye una treintena de esculturas que pasarían a ser titularidad municipal.