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Cataluña tiene montañas magníficas donde disfrutar de la naturaleza, hacer senderismo y, por qué no, darse un buen homenaje en uno de los restaurantes con una extensa carta de platos para reponer fuerzas después de una buena excursión. El que había en la cima de la Mola, en el parque natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, se convirtió en una parada casi obligatoria para todos los que conseguían subir hasta los más de 1.000 metros de altitud donde se encontraba. A pesar de su popularidad, la Diputación de Barcelona, que era la propietaria, no renovó la concesión y el local tuvo que cerrar a finales de enero de 2024. Ahora, un año después, la Diputación de Barcelona asegura que, desde que el restaurante cerró, la afluencia de visitantes a la Mola se ha reducido un 21%.
A pesar de los datos negativos, el diputado del Área de Espacios Naturales, Xesco Gomar, ha negado la posibilidad de reabrir el restaurante porque se ha demostrado que una actividad así es "insostenible". En su lugar, se habilitará un espacio de refugio para los visitantes y la recuperación de la emblemática sala mirador, donde se exhibirá una exposición permanente sobre la cima y el conjunto histórico del monasterio de Sant Llorenç del Munt. Para fomentar las visitas a la Mola, la Diputación ha puesto en marcha un plan de acciones valorado en 700.000 euros que incluye una "mejora" de los accesos a Matadepera, la principal puerta de entrada a la cima, e intervenciones para evitar problemas de circulación, entre otras acciones.

Un cierre con protestas
Según Gomar, la disminución del 21% en la afluencia de visitantes en el último año demuestra que había un porcentaje de personas que solo subían a la cima por el restaurante, pero asegura que "aún hay mucha gente interesada en subir". Las cifras, sin embargo, no han sorprendido a nadie, ya que la desaparición del restaurante estuvo protagonizada por las protestas de una cincuentena de excursionistas y clientes de toda la vida que consideraron el cierre del local, después de 60 años de historia, como una acción "injusta" y "desproporcionada". Los excursionistas y clientes apoyaron a los hermanos Gimferrer, quienes eran los propietarios actuales, los cuales se mostraron muy emocionados ante el apoyo. "Para nosotros es como si nos estuvieran desahuciando, llevamos muchos años aquí y esto es nuestra casa", aseguró Ferran Bernadí Gimferrer, uno de los hijos de los que iniciaron el negocio familiar, en Radio Sabadell.
El proyecto de reforma y conservación de la Mola
Con el cierre a principios de 2024, se inició el proyecto de reforma y conservación de la Mola, que se prevé que finalice en 2027. Durante el primer año de trabajos, la Diputación ya ha realizado diversas actuaciones, como los trabajos de desmantelamiento y vaciado del antiguo restaurante y el mantenimiento de la estación depuradora de aguas residuales. Pronto también comenzará la última fase del proyecto, que iniciará las obras de infraestructuras con el arranque de la producción de energía con fuentes renovables, como el sistema de depuración de residuos y la captación y almacenamiento de agua potable.