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Barcelona está llena de joyas arquitectónicas y, aunque algunas estén en algunas de las calles más conocidas de la ciudad, otras están más escondidas. El monasterio de Pedralbes forma parte de este segundo grupo y, aunque es conocido por ser un icono de la arquitectura gótica catalana, ahora la Unión Europea ha reconocido una de las actividades que se realizan dentro. El European Heritage Hub, un proyecto para impulsar la transición hacia una sociedad sostenible, digital e integradora, ha seleccionado el huerto medieval del Real Monasterio de Santa María de Pedralbes como una de las 10 mejores prácticas en patrimonio cultural europeas.
El European Heritage Hub, financiado por la Unión Europea, selecciona diversas iniciativas ejemplares que contribuyen a la transformación verde de las ciudades, además de promover el patrimonio cultural de Europa. El huerto del monasterio ha sido uno de los 10 proyectos escogidos para hacer frente a los retos locales y estar en constante adaptación con la actualidad y presentar alternativas a los nuevos desafíos globales, entre otros.
Las religiosas han bautizado el espacio como el Hort Petit del Monestir, y se trata de un recinto amurallado de casi 3.000 metros cuadrados de cultivo que se sitúa en la fachada sur, un espacio donde hace siglos se guardaba la cosecha. Después de años de estar inactivo, el Museu del Monestir inició un proyecto en 2017 para recuperar el uso original de este espacio y reconstruir el huerto original de la edad media de cuatro parcelas.
Antes de la reconstrucción del huerto, sin embargo, se puso en marcha una larga investigación para determinar cómo era el espacio en la época medieval y qué especies debían sembrarse. Para poder hacer una reconstrucción lo más fiel posible al original, se consultaron los documentos medievales del archivo del propio Monasterio, así como los tratados agrícolas de la época en que se recogen las especies y técnicas de cultivo durante la edad media. Para realizar el estudio, se creó un equipo de profesionales de diversos sectores como la arquitectura, la arqueología y la botánica, entre muchos otros.
Un proyecto inclusivo
En la actualidad, en el huerto participan dos entidades especializadas en la atención a personas con discapacidad intelectual y autismo y son ellos quienes realizan las tareas relacionadas con el ciclo de vida de las hortalizas, desde su plantación a la cosecha. La iniciativa busca promover valores en torno al cuidado del medio ambiente a través del trabajo cooperativo e inclusivo. El proyecto colabora con el Instituto de Cultura de Barcelona y el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, y puede visitarse con la entrada general del Real Monasterio de Santa María de Pedralbes.