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La música existe desde hace miles de años, lo que significa que los instrumentos también. Hay constancia de talleres en Barcelona donde se fabricaban maravillosos instrumentos artesanales para interpretar todo tipo de composiciones, y ahora el Museo de la Música ha recuperado uno muy valioso. El museo ha anunciado la recuperación de un violín del lutier francés Nicolas Duclos, construido en Barcelona a mediados del siglo XVIII, que actualmente se encuentra en perfectas condiciones, es completamente funcional y cuenta con un certificado de autenticidad acreditado por el lutier John Dilworth. Si os preguntáis por qué Duclos tenía un violín hecho en Barcelona, es porque el lutier se estableció en la ciudad desde 1740 hasta 1775. Cabe destacar que fue discípulo de Antonio Stradivari.
Según ha informado la entidad, el Museo de la Música compró el violín antes de que saliera a subasta y fuera adquirido por un comprador privado. Aunque finalmente logró hacerse con él, la negociación con la vendedora, propietaria de un taller y tienda de violines en el Reino Unido, duró más de un año. Fue ella quien contactó con los responsables del museo para preguntarles si estaban interesados en adquirir la pieza tras enterarse de que la institución ya tenía expuestos tres instrumentos del mismo constructor dentro de una colección de más de 2.500 piezas. Las otras tres piezas que custodia el museo son una viola de amor, un violín y un violonchelo, que, aunque pueden admirarse en las vitrinas de la exposición permanente, no son utilizables.
Precisamente, el hecho de que el nuevo violín aún pueda tocarse es lo que lo hace más valioso: "El gran valor del violín recuperado es que, más allá de haber sido construido en Barcelona, puede utilizarse musicalmente", explica Marisa Ruiz, jefa de colecciones y documentación del museo. El director de la institución, Jordi Alomar, también ha destacado la "excepcionalidad" de esta adquisición, ya que, normalmente, el Museo de la Música incorpora nuevas piezas a su colección "a partir de donaciones, no de compras".
¿Entonces, el violín ya se puede ver?
Bueno, aunque el instrumento ya está en manos de los profesionales del Museo de la Música, todavía habrá que esperar un poco para poder verlo en la exposición. Antes de incorporarlo a la colección del museo, el violín debe pasar por una cuarentena de un mes sin oxígeno –un proceso conocido como anoxia– para eliminar cualquier microorganismo que pueda dañar la madera. Sin embargo, este procedimiento no es exclusivo de esta pieza en particular, sino que es un protocolo habitual en la mayoría de museos internacionales y sirve para preservar el estado de los instrumentos y evitar posibles contaminaciones dentro de la exposición. Eso sí, una vez finalizado este proceso de aislamiento, el violín pasará por el habitual proceso de registro y catalogación, la recopilación de su estado y su incorporación al catálogo de instrumentos del Museo de la Música y al Caticat, el Catálogo de Instrumentos de Cataluña.
