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En el valle del Llobregat, concretamente en la comarca del Bages, situado entre un terreno ondulado repleto de bosques, encontramos una pequeña población de poco más de 3.000 habitantes, con una densidad de población de 89,62 hab./km² y unos 36 hogares censados a principios de siglo. El nombre de esta localidad es Balsareny, el pueblo más barato para vivir de la demarcación de Barcelona.
Balsareny destaca como una opción atractiva con un coste de 776 euros por metro cuadrado de compra, no llega ni a los 1.000 euros, muy por debajo de los 2.339 euros por metro cuadrado que es la media en Catalunya. También lejos de los precios del alquiler que marcan récords en la ciudad de Barcelona.
Pese a los precios de la demarcación, Barcelona no es la más cara en términos generales. Girona se afianza como la región más cara de las cuatro provincias catalanas, con Anglès emergiendo como la opción más barata con 1.011 euros por metro cuadrado.
Tarragona, la más barata
Santa Bàrbara, un pequeño pueblo situado en la comarca del Montsià, se corona como el municipio catalán más asequible para vivir, ofrece un precio medio de 546 euros por metro cuadrado por vivienda. También en Tarragona, encontramos Santa Coloma de Queralt, con un coste de 579 euros por metro cuadrado.
Lleida supera su media con 1.280 euros por metro cuadrado, ofreciendo varios municipios con precios inferiores a los 1.000 euros por metro cuadrado, como Alfarràs, Mollerussa y Alcoletge.