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En 2015, uno de los diseñadores barceloneses con mayor impacto internacional del siglo XXI y una de las figuras fundacionales del ámbito 'food desgin', Martí Guixé, se propuso realizar un proyecto totalmente innovador: crear el Ex-Designer Bar, un bar a escala real íntegramente producido en impresión 3D. Así pues, en colaboración con el arquitecto Pau Badia, Guixé diseñó y construyó de forma autónoma y sin ayuda todos los elementos del local en la calle Entença de Barcelona. En el establecimiento instalaron tres impresoras por lo que durante casi cinco años el espacio se fue rediseñando y construyendo; desde los azulejos de los muros hasta el mobiliario, pasando también por los pequeños utensilios como los vasos, los platos y los cubiertos, la maquinaria imprimía todos los elementos que conformaban el bar.
La inauguración del local estaba programada en febrero del 2020, pero –como bien sabemos– la pandemia irrumpió y forzó su cierre, provocando un proceso de "deconstrucción" pieza a pieza. Así, el Ex-Designer Bar dejó de ser un espacio para convertirse en un "objeto" habilitado para otros posibles usos.
Ahora, el Disseny Hub de Barcelona le ha encontrado una utilidad y es que, del 23 de mayo al 25 de agosto, expondrá el proyecto de Guixé en su formato original. La instalación se montará a partir de los muros, de los paneles de madera y los azulejos que conformaban L'Ex-Designer Bar y dará como resultado un espacio de 8,75 m x 3,56 m x 5,02 m de alto.
Los visitantes podrán, por tanto, observar cómo eran las partes que conformaban el local, como la zona del frontal de la barra, las barras laterales o un tablón de anuncios con los precios de las bebidas y las comidas. También podrán ver las pruebas fallidas del proyecto, así como la representación de las tres impresoras 3D utilizadas, incluida la de imprimir comida. La muestra se complementará con las piezas originales del bar (mobiliario, baldosas y vajilla, entre otros) y con una serie de imágenes del proceso de producción del bar y el proceso de desmontaje.
El proyecto de Martí Guixé plantea las posibilidades reales que ofrecen las tecnologías de fabricación digital para conseguir una autosuficiencia de la producción local y así desvincularse de los grandes sistemas de fabricación global. En esta línea, en la exposición, el diseñador reflexiona sobre esta hipótesis, pero también sobre el hecho de que "llevar el Ex-Designer Bar a un museo le convierte en un objeto, una ruina y un yacimiento arqueológico futuro" y se convierte, al mismo tiempo, en un laboratorio de experimentación sobre las posibilidades de la impresión aditiva y la utopía de la autonomía digita.