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La vivienda es la principal preocupación de los catalanes y catalanas por primera vez desde 2007, según publicó el Centro de Estudios de Opinión (CEO) el pasado mes de noviembre. El precio de la vivienda se ha disparado a cifras estratosféricas e independizarse se ha convertido en un plan inimaginable para gran parte de la población del país. Además del incremento de los alquileres, esta subida también se ha notado en los precios de las viviendas en venta y en las condiciones para convertirse en propietario. Para poder comprar un piso y solicitar una hipoteca, es necesario ahorrar, como mínimo, un 20% del precio total.
El problema de la vivienda se ha extendido por todo el Estado, pero Barcelona es una de las provincias del país donde más se ha notado este aumento. Aunque si buscas pisos por la zona quizás te lleves unos cuantos sustos, hay un municipio de la provincia que destaca sobre el resto por sus precios sorprendentemente bajos. Según el último informe de Idealista, Calaf, un pueblo de unos 3.600 habitantes de la comarca de Anoia, es el municipio con el precio por metro cuadrado más bajo de la provincia de Barcelona, a 732 euros, un precio un 5,7% por debajo de la media de 2024. Según la plataforma, si buscas una vivienda en Calaf, puedes encontrar una casa de 120 m² por tan solo 87.840 euros.
Cabe tener en cuenta que Calaf es una excepción en la provincia de Barcelona. Aunque hay municipios donde el metro cuadrado también está por debajo de los 1.000 euros —como Manlleu, Santa Margarida de Montbui y Sallent—, la mayoría de los pueblos y ciudades de la provincia tienen precios cada vez más altos. Actualmente, el precio medio de una vivienda en venta en la provincia de Barcelona es de 2.742 euros el metro cuadrado, una cifra que se dispara en la capital, donde el precio del metro cuadrado se elevó hasta los 4.707 euros durante el mes de enero.
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Un municipio con 1.000 años de historia
Si te planteas echar un vistazo a la oferta de Calaf, también debes saber que, a pesar de ser un municipio bastante pequeño, tiene unos mil años de historia. Durante la época de la Reconquista, el pueblo medieval de Calaf comenzó a crecer alrededor de su castillo y se convirtió en un punto estratégico en el ámbito comercial gracias a los condes de Cardona. A lo largo de los siglos, el municipio ha acogido la construcción de edificios emblemáticos, como la iglesia de Sant Jaume y la ermita de San Sebastián, aunque el edificio que caracterizaba al municipio era el gran castillo. Sin embargo, este edificio tuvo diferentes funciones según la época, y en 1711, durante la guerra de Sucesión, se convirtió en el cuartel general del duque de Vendôme.
La guerra de Sucesión no fue el único conflicto bélico que Calaf sufrió, ya que siglos después también vivió las consecuencias de las guerras carlistas, y durante la guerra civil española se saqueó e incendió la iglesia de Sant Jaume y se asesinó al párroco. En los años siguientes, el municipio se posicionó en el sector de la minería de carbón y continuó en expansión. De hecho, en 1937 Calaf emitió por primera vez billetes de nitrocelulosa, un hecho que fue pionero en todo el mundo.
*Podéis consultar aquí el informe completo de Idealista