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Acabamos de saber que Barcelona subirá al máximo la tasa municipal a cruceristas y pisos turísticos, y no es la única ciudad en hacerlo. Es una evidencia, el coste de los viajes, como el coste de casi todo, parece estar aumentando. Claro que aún se puede conseguir un vuelo económico o buscar furtivamente en Airbnb una oferta, pero viajar con un presupuesto limitado conlleva cada vez más tiempo y esfuerzo.
A eso se suma la tasa turística, otro gasto para los viajeros que cada vez es más común. Pero si bien la noticia de que se agregará otra tarifa a la lista de gastos de vacaciones puede resultar frustrante, todo se hace con buenas intenciones.
París se dispone a aumentar su impuesto turístico. Tal como están las cosas, los visitantes de la capital francesa pagan actualmente entre 25 céntimos y 5 euros por noche, dependiendo de su tipo de alojamiento y de la zona de la ciudad en la que se alojen. El impuesto se aplica a quienes se hospedan en residencias turísticas, hoteles y alojamientos al aire libre como tiendas de campaña y caravanas.
El aumento propuesto, que se implementará a partir de 2024, podría hacer que la tarifa nocturna aumente en un 200%. Por ejemplo, el suplemento por noche de una habitación doble en un hotel de cinco estrellas podría incrementarse 11 euros.
El dinero extra generado por el impuesto aparentemente se destinará a mejorar el transporte público de la ciudad (y, con suerte, irá a pagar algunos fumigadores para las chinches).
Ámsterdam es la otra ciudad europea que aumenta sus tarifas para visitantes, con un aumento del 12,5% a partir de 2024 para quienes pasan la noche en la ciudad o la visitan en un crucero. El impuesto medio por viajero y noche aumentará de 15,25 a 21,80 euros, y para los cruceristas, de 8 a 11 euros.
Al igual que París, el dinero acumulado de esta tarifa se canalizará nuevamente para mejorar la ciudad y aliviar la presión financiera sobre los residentes, a quienes de otro modo se les habrían aumentado los impuestos a la propiedad o las tarifas de estacionamiento. Según DutchNews, este es ahora el impuesto turístico más alto de la Unión Europea y el cuarto más alto del mundo.
La subida de la tasa turística
Ámsterdam y París no son los únicos destinos que implementan un impuesto turístico: Barcelona, Venecia, Islandia y Bali han anunciado recientemente que aumentarán las tarifas para los visitantes. Los impuestos turísticos son una forma con la que los destinos más populares pueden combatir los problemas del exceso de turismo, desde pedir a los visitantes que se mantengan alejados hasta limitar las cifras diarias.