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Con la llegada del calor, todo el mundo busca refugios donde salvaguardarse, y este verano en Barcelona se estrena uno original. Ante las peticiones del vecindario del barrio del Fort Pienc, el consistorio ha instalado dos grandes pérgolas fotovoltaicas que actuarán como umbráculos en el área de juego infantil de la plaza de Anna Lizaran.
El espacio, situado frente a la estación del Nord, hasta ahora carecía de espacios de sombra porque el parking subterráneo hacía inviable plantar arbolado. Por eso, como solución para intentar incrementar la sombra, el Ayuntamiento decidió construir las pérgolas. Los trabajos, que ya han terminado, empezaron en octubre y han tenido un coste de 300.000 euros.
El proyecto, además, tiene una doble funcionalidad porque las instalaciones incorporen un sistema de generación de energía fotovoltaica. Así, los trabajos realizados con la Agencia de la Energía incluyen 103 m² de paneles solares, repartidos en 40 unidades, con una potencia instalada de 14,64 kWp y una energía generada de 30.707 kWh/año.
Esta intervención se enmarca dentro de los objetivos previstos en el proyecto del gobierno para acelerar la generación de energía solar en la ciudad, que prevé multiplicar por tres la potencia fotovoltaica en edificios municipales de cara a 2027. En 2030 se espera que se haya multiplicado por cinco, dando por completado uno de los ejes principales del Acuerdo Climático de Barcelona, que marca el reto de ser ciudad neutra de carbono en 2030.
Hasta el año pasado, Barcelona contaba con 177 instalaciones fotovoltaicas con una potencia de 5.848 kWp, lo que equivale a la energía que consumen 3.178 hogares cada año. El objetivo es que en 2027 se llegue a las 384 instalaciones, el equivalente al consumo anual de 10.450 hogares y que supone un ahorro de 8.660 toneladas de CO₂.