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Salir a bailar a una discoteca podría considerarse hacer deporte: se hace cardio, se suda de lo lindo y al día siguiente se suele estar baldado. En este sentido, hacer una clase 'fitness' dentro de un club no parece una idea tan alocada; por lo menos, así lo ha querido demostrar la iniciativa de Juxta, un proyecto que ha redefinido las rutinas de entrenamiento combinando el deporte con la energía de una discoteca.
La idea es sencilla: se fusiona un club, un sistema de luces, un equipo de sonido potente, un DJ y un instructor de fitness. El resultado es una clase de 45 minutos de movimientos de alta intensidad en los que el hilo conductor son los ritmos de la música electrónica del artista invitado.
La iniciativa arrancó en marzo, cuando se celebró la primera edición de este 'crossover' en el club privado The Cover. Ahora, Juxta ha anunciado su segunda fecha: el 29 de junio, de 13 a 15 h. La experiencia se celebrará en el Nitsa, en la Sala Apolo, y la encargada de dinamizar la sesión de deporte será la artista barcelonesa ONA, que llevará a la sala una mezcla de música 'trance' que encajará con todos los movimientos de la instructora.
Al terminar de sudar, y para relajarse, la clase se completará con una celebración post-entrenamiento con cócteles sin alcohol, aperitivos y con más música para seguir liberando endorfinas.
Las entradas están disponibles a través de la plataforma Dice por un precio de 44 euros.
Nuevas formas de hacer deporte
No todo el mundo disfruta sudando mientras hace deporte, por eso, cada vez más aparecen nuevas iniciativas que intentan hacer más amenas las sesiones. Este proyecto de Juxta es un ejemplo, pero también lo son las salidas de Paddle Surf bajo la luz de la luna llena que se celebran en la Barceloneta; las sesiones de Barre, que combinan las posturas del yoga y el pilates con movimientos derivados del ballet, o el 'Jumping fitness', unos ejercicios aeróbicos que se realizan sobre un trampolín.
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