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La pizza es la comida de confort para muchos. ¿Un domingo de resaca? Pizza de cuatro quesos. ¿Un martes de mucho trabajo? Pizza de pepperoni. ¿Un jueves cualquiera? Pizza margarita. En Barcelona, los amantes de esta especialidad italiana tenemos suerte: la mejor cadena de pizzas artesanales del mundo tiene cuatro establecimientos en la ciudad y la mejor pizzera de España (y segunda de Europa) también la tenemos aquí. Con todo, a veces no apetece salir de casa para disfrutar de esta comida, por eso en la nevera siempre se guarda un comodín por si apetece. Sean frescas o congeladas, en la lista de la compra mensual siempre hay una casilla para la pizza.
La opción de supermercado, sin embargo, no es la más saludable. Así nos lo confirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha realizado un análisis de 118 pizzas refrigeradas y congeladas de venta en supermercados para clasificarlas en una Escala Saludable, que analiza la composición nutricional prestando especial atención al nivel de grasas saturadas, los azúcares y la sal, así como el grado de procesamiento y los aditivos.
El resultado es bastante trágico: tres de cada cuatro de los productos suspenden la escalera. Los peores resultados los han mostrado las pizzas de barbacoa, las de queso y las de jamón y queso. Lo que más preocupa a la OCU es el exceso de sal en las raciones, que incorporan de media el 50% de la sal diaria recomendada, la carga calórica del alimento y la cantidad de grasas saturadas que tiene. Además, también les alarma el elevado grado de procesamiento y la abundancia de aditivos, como los colorantes, espesantes y gelificante.
No todas las conclusiones son negativas. La OCU ha remarcado que las excepciones son las pizzas vegetales, ya que diecisiete de las 25 analizadas han logrado una calificación, al menos, aceptable. Es más, dos de ellas se consideran una buena elección alimentaria: la Veggie Lovers de Garden Gourmet y la Vegetale de Forno di Pietra de Buitoni. Ambas han destacado por no llevar aditivos, tener un bajo contenido de grasas saturadas y de procesamiento. Sin embargo, la Organización remarca que las pizzas refrigeradas o congeladas de supermercado solo deberían consumirse de forma ocasional y recomiendan, como alternativa, elaborarlas caseramente con una base de pizza refrigerada e ingredientes habituales de la dieta mediterránea.
Podéis consultar la Escala Saludable de pizzas de la OCU a través de su web. Aquí encontraréis el análisis completo de las 118 pizzas estudiadas, así como otras informaciones relacionadas con la alimentación y el consumo, como un listado de los comercios más baratos de la zona o información sobre los derechos que se tienen como consumidores.