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En 2019 un establecimiento con más de un siglo y medio de historia bajó las persianas definitivamente. Se trataba de El Ingenio, un comercio especializado en la venta y fabricación de cabezudos, pero también de artículos de teatro, trucos de magia y malabares, entre otros productos festivos, que a lo largo de sus 186 años de trayectoria había cambiado numerosas veces de propietario.
En 2021 el Ayuntamiento compró el establecimiento dentro del programa Amunt Persianes, que preveía la adquisición de cincuenta locales de Ciutat Vella para reabrirlos y revitalizar la actividad social y comercial del barrio. Ahora, tres años más tarde, El Ingenio sigue con las puertas cerradas; está tapiado y lleno de grafitis. De hecho, este pasado lunes sufrió un intento de robo.
Ante los hechos, fuentes del consistorio han explicado que "el local permanece cerrado con alarma", pero prevén que pronto empiecen a reformar el espacio para que se inicie una nueva actividad. Sin embargo, el Ayuntamiento todavía no ha encontrado ninguna empresa que quiera ocupar el espacio debido a sus grandes dimensiones (464 m²), el mal estado de preservación del inmueble y que el comercio está protegido como comercio emblemático en la categoría E1 de Gran Interés, que blinda por completo su conservación arquitectónica.
186 años siendo emblema cultural
Fundado en 1838 por el escultor Benet Escaler, el comercio ubicado en la calle Rauric, 6, en el barrio Gótico, fue durante muchos años uno de los principales fabricantes de gigantes, enanos, cabezudos y bestiario de la cultura catalana. Durante los 186 años posteriores, el local cambió de propietarios en numerosas ocasiones, pero siempre mantuvo la producción y venta de figuras de papel maché.
El Ingenio es un emblema para el barrio y un punto de referencia, tanto para turistas como barceloneses, por eso, la asociación vecinal Fem Gòtic lamenta su deterioro e insta a la población a denunciar al 112 en caso de que vean actividades sospechosas alrededor del local.