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"A veces nos preguntan si de verdad vendemos ropa de segunda mano, porque parece completamente nueva", explica Julieta Alalu, una de las socias detrás de Búnker, a Time Out Barcelona. "La idea es sorprender al cliente, pienso que la gente está cansada del 'fast-fashion' y cuando les presentas una nueva opción distinta lo agradecen", asegura. Julieta empezó a vender la ropa por Facebook en Argentina hace 10 años y, cuando vio que la gente se interesaba por sus prendas, alquiló un pequeño local con su socia, Iara Weich. Lo que empezó hace una década al otro lado del Atlántico se ha convertido ahora en una tienda en Barcelona, concretamente en un local catalogado como patrimonio histórico de la ciudad.
Búnker Second Hand Shop se encuentra en el número 2 de la calle de las Basses de Sant Pere, en el Born, y se ha convertido en una parada casi obligatoria para los fanáticos de la ropa vintage y de segunda mano solo un mes después de su inauguración. Y no nos extraña. Julieta, Iara y Sofía Berendorf -la última en incorporarse al equipo- inauguraron la tienda con el mismo objetivo con el que nació el proyecto hace diez años; ofrecer prendas similares a las que puedes encontrar en las tiendas de 'fast-fashion' pero a un precio más económico y bajo un modelo de consumo mucho más consciente con el entorno. Aunque en Barcelona hay opciones para todos los gustos, "nuestra propuesta le da una nueva perspectiva a la ropa de segunda mano", ya que todas las prendas están previamente seleccionadas y podéis encontrar desde marcas como Zara, Mango, Desigual y Stradivarius, hasta otros vintage y de alta gama como Dior, Versace, Gucci, Marc Jacobs y Michael Kors.
Si alguien entra en Búnker, verá que es "cómo tener rebajas todo el año", asegura Julieta. Aunque el precio de cada prenda varía segundos de la marca y la categoría, el precio medio de la ropa de la tienda es de 15 euros. Además, también hay joyas, accesorios y otras piezas vintage a las que podéis echar un vistazo. A pesar de que la ropa es la principal protagonista de la tienda, seguramente también dedicáis unos minutos a explorar el espacio que le va como anillo al dedo al nombre de la tienda. El local parece un auténtico búnker y, aunque pueda parecer que todo está pensado al detalle, Julieta asegura que fue pura casualidad. "El nombre de nuestra marca lo escogimos cuando nació hace una década. Cuando miramos locales y encontramos este fue como si fuera cosa del destino, el espacio parecía exactamente un búnker y no lo pensamos dos veces", confiesa.
Un servicio único en la ciudad
"Comprar la ropa de otras personas es nuestro diferencial, es lo que nos distingue", asegura Julieta. Al auténtico estilo de las casas de empeño, en Bunker Second Hand también podréis vender vuestras prendas que tiene abandonadas en el fondo de vuestro armario. Al final de la tienda, hay un mostrador con un cartel donde se puede leer 'vende tu ropa' que da la bienvenida a todo el mundo que quiera darle una segunda vida a sus prendas y, a cambio, recuperar una parte de la inversión que realizó. Sin embargo, este servicio solo acepta ropa actual, sin malos olores, manchas y en buenas condiciones. Otra de las condiciones es que los lotes deben ser de mínimo 10 artículos (y sin máximo) y el precio se calculará en total, no por prenda.
Una vez calculado el total, podéis elegir si preferís el dinero en efectivo o un 'voucher' valorado en 50 euros más para gastar en la tienda durante un año. "En Barcelona no hay ninguna tienda de ropa de segunda mano y vintage que ofrezca este servicio -aclara Julieta- damos una solución inmediata; por ejemplo, si valoramos la ropa del cliente en 100 euros, puede escoger tenerlos en metálico o un vale de 150 euros para comprar lo que quiera en Búnker". Si os interesa, podéis acercaros a la tienda sin cita previa de miércoles a domingo de 13.30 h a 20 h. Sin embargo, a través de su cuenta de Instagram actualizan los horarios según el día y la afluencia de gente.
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De Argentina a Barcelona
"En Argentina la ropa es muy cara, es casi imposible comprarte alguna prenda nueva", explica Julieta. Para ofrecer una alternativa, la joven empezó a vender piezas que ya no utilizaba por grupos de Facebook y, tras ver que era un negocio que tenía salida, organizó un mercado en su casa donde logró vender casi todas las piezas. Fue entonces cuando Julieta se asoció con Iara y alquilaron un pequeño local de 30 m² en Buenos Aires para vender ropa de sus mismos armarios y, un año más tarde, empezaron el modelo de compra y venta de prendas de los clientes que también han impulsado en Barcelona.
"Hace unos años vine a Barcelona de visita y desde entonces tenía claro que algún día abriría una tienda aquí, y ahora ese objetivo se ha hecho realidad", confiesa emocionada Julieta, quien también asegura que el recibimiento por parte de los barceloneses ha sido excelente. "En Argentina tuvimos que romper la barrera de comprar ropa utilizada, en Barcelona es diferente, a la gente le gusta y elige comprar ropa de segunda mano", concluye.