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Todos nos hemos pasado horas y horas delante de la pantalla mirando una serie. Probablemente una de estas series que se convierten en vicio es 'The Crown', el drama de Netflix que da vida al reinado de Isabel II en el Reino Unido. Si hablamos de momentos históricos en la política británica, el 4 de mayo de 1979 fue trascendental, cuando por primera vez una mujer, Margaret Thatcher, se convertía en primera ministra. Y si hablamos de momentos históricos en 'The Crown', el día en que Gillian Anderson aceptó dar vida a Margaret Thatcher fue, también, vital. Hoy entramos en el set para saber exactamente como, bajo una laca muy espesa, la 'Mujer de hierro' se deshace en la forma risueña de Gillian Anderson.
“Entendí por qué me lo pidió. Quiero decir, Thatcher y yo tenemos algunas similitudes, que no compartiré".
Detrás de los estudios Elstree, donde una vez estuvo la casa de 'Gran Hermano', alberga ahora una recreación muy precisa de la planta baja de la casa del primer ministro. Encima y por detrás hay una enorme pantalla verde donde virtualmente se añade el resto del edificio. Al otro lado, como si hubieran sido colocados deliberadamente en oposición, está la recreación del palacio de Buckingham, cosa muy adecuada porque en la cuarta temporada la tensión entre la señora Thatcher y la reina Isabel II es evidente.
La catalogada como 'Mujer de hierro' y la reina de Inglaterra "son dos mujeres que parecen tener muchas cosas en común, pero tienen pocas", dice el productor ejecutivo y director, Benjamin Caron. "Me interesaba reflejar, en un primer momento, las similitudes de estas dos mujeres, porque así quedaba claro que tenían que seguir adelante. Evidentemente, a medida que 'The Crown' avanza, realmente no lo hacen".
“Cuando llegué por primera vez a una prueba de peluca, estaba andando casualmente por la Sala del Gabinete y de repente sentí el peso que había asumido”
Para Anderson, al principio fue todo muy agobiante. "Cuando llegué por primera vez a una prueba de peluca, estaba andando casualmente por la Sala del Gabinete y de repente sentí el peso que había asumido", recuerda. Pero después la llevaron al piso de arriba del número 10, donde la primera ministra se reunió con su círculo íntimo. "Tanta atención, esfuerzo y amor invertidos…", dice Anderson. Aquí, curiosamente, su miedo se desvaneció. "Había algo reconfortante al entrar en aquel escenario. Sentí que todo iría bien". Y esta es la clave de 'The Crown': se tratan grandes momentos históricos como personales.