[title]
500 años de moda catalana a vuestro alcance, a través de la red, todo gracias al Museo Virtual de la Moda de Cataluña, una iniciativa promovida por la asociación Walden que ha recibido el premio Lluís Carulla 2017. En total se han documentado 642 piezas provenientes de 38 instituciones catalanas con el objetivo de establecer un relato sobre la indumentaria de los siglos XV al XXI. "Nos interesaba crear algo más permanente, poder trabajar las piezas a fondo y que cada institución pudiera ponerlas en valor y darles vida", explica Laura Casal-Valls, doctora en Historia del Arte y una de las promotoras del proyecto.
Existen catálogos en línea, como el del Metropolitan, pero a menudo se trata de repositorios esquemáticos; el Museo de la Moda Virtual ha apostado por un formato diferente, "más divertido, para que cada usuario pueda crear su relato", detalla el equipo. Puedes buscar las piezas por color, por tacto, por creador o modista... Esto ha implicado una intensa labor de documentación e investigación, además de un gran trabajo de fotografía para dejar memoria gráfica de cada vestido, del cual se detalla la ficha técnica pero también el vocabulario relacionado y el autor, entre otras informaciones.
En este gran armario virtual predomina el color negro (el más usado porque era sufrido) y hay pocas faldas, porque la ropa se reutilizaba para hacer otras piezas de indumentaria. Vila-Casals destaca un traje del siglo XVIII proveniente del Museo del Juguete, y dos piezas de 1810 del Vinseum. También la capelina de seda de Joana Valls, una de las modistas que la historiadora redescubrió cuando hacía la tesis doctoral. Ahora quedan pendientes de estudiar la indumentaria de trabajo, la litúrgica y también la infantil.
"Creíamos que faltaba un discurso histórico continuo de la historia de la moda y que había que prestar atención a todas estas piezas", dice la historiadora en referencia a la indumentaria civil masculina y femenina estudiada. Las 6.499 prendas de vestir históricas de todos estos museos, según Casal-Valls, indican que "Cataluña era un país donde se consumía moda, de más o menos bonita, tenemos un fondo y unos referentes propios".
"Si el patrimonio no se activa, no se difunde, no hace la función que tiene que hacer", advierte Casal-Valls. Y va más allá: desde Walden entienden que la tarea iniciada por el museo virtual de la moda de Cataluña "es una tarea de país".