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“Distancia física y teatro son incompatibles? El Festival Grec ya es una declaración de intenciones: será complicado pero no imposible”, dice Àlex Serrano de Agrupación Señor Serrano, que presentan en el festival la obra ‘The Mountain’: “Se están inventando los protocolos y nos encontramos limitaciones en las salas de ensayo, con equipos reducidos y declaraciones de responsabilidad. Y tienes que añadir la conciliación, haciendo de escuela para los niños y de empresario para la compañía”.
La nueva obra la compañía desmonta los conceptos de ‘verdad’ y ‘confianza’, y mezclará ingredientes como la famosa lectura de 'La guerra de los mundos' que locutó Orson Welles y la carrera para subir el Everest, con la desaparición del alpinista George Mallory como punto de fuga. Todo esto conducido por un narrador muy especial, un Vladímir Putin virtual que hará de presentador-filósofo. Un cóctel delirante con el sello multimedia de la compañía, que hurga nuevamente en la relación entre verdad, discursos y ficción.
“Trabajamos con mucha antelación y no podemos recuperar los meses perdidos”, continúa Serrano. Ajustar en tiempo récord; las compañías del Grec aceptan el desafío de crear sin un calendario de ensayos normal y para una audiencia parcial con plateas restringidas. “La sala de 400 localidades tendrá 250 espectadores, y no sabemos cuáles serán las condiciones de nuestro trabajo. De momento, llevamos mascarilla obligatoria cuando la distancia entre intérpretes es de menos de un metro”, concluye.
'The Mountain', 8, 9 y 10 de julio en el Teatre Lliure de Montjuic
Àlex Serrano y la actriz Anna Pérez Moya en los ensayos de 'The Mountain'. Foto: Jordi Soler Quintana
La herramienta del sentido común
“En nuestro trabajo el contacto es esencial, y mantener metros de distancia entre intérpretes no es posible”, explica Marcos Morau, director de la compañía de danza La Veronal, que presentará el nuevo espectáculo 'Sonoma' en el Museo Nacional: “Es necesario que preservamos la seguridad. La desinfección va por delante, pero sobre todo sentido común, trabajamos como si fuéramos un núcleo familiar donde cada cual es responsable cuando vuelve a casa”.
Nueve bailarinas actuarán en el enorme escenario de la Sala Oval. Buñuel es el eje del discurso, y el surrealismo adquiere nuevos matices en época de postpandèmia. "Hay una mirada al presente. Ahora lo imagino todo con gritos. Me cuesta encontrar un sentido a ciertas cosas que han pasado", confiesa Morau.
Marcos Morau. Foto: Iván Moreno
Como una de las compañías más internacionales de nuestra casa, los últimos tres meses no han sido fáciles. “Hemos perdido muchas, muchas actuaciones”, continúa, “y después de la parada empezamos con una sensación de desconexión entre cuerpo, mente y espacio. Volvemos despacio. Nuestro lenguaje es muy físico y hay que evitar lesiones. No solo hacemos trabajo plástico y de composición, también recuperamos el tono físico con cardio y pilates. Y sobre todo recuperamos la creatividad y la imaginación propias del trabajo en equipo”.