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Barcelona es una ciudad con muchos siglos de historia, por lo que no es extraño que las obras dejen al descubierto hallazgos arqueológicos de nuestros antepasados. Lo que sí resulta inusual es que, de la arena, emerja un barco de los siglos XV o XVI.
Las obras de construcción del futuro aparcamiento de BSM en la Ciutadella del Coneixement han sacado a la luz los restos de un barco a cinco metros bajo el nivel del mar, en un estado de conservación muy frágil. El hallazgo ha sido documentado por el equipo de la empresa Arqueòlegs.cat, que ha bautizado la embarcación como Ciutadella I.
Según la arqueología subacuática, este tipo de restos se denominan derelicto, un término que se refiere a un barco naufragado o abandonado que ha quedado cubierto con el paso del tiempo. Según los investigadores, la embarcación se enmarca dentro del proceso de transformación del frente marítimo de Barcelona, iniciado en 1439 con la construcción de los primeros muelles artificiales.

En cuanto a los restos encontrados, se conserva un fragmento de nave de diez metros de largo y más de tres metros de ancho, con una estructura formada por una treintena de cuadernas y al menos siete hiladas de forro que recubrían el exterior del casco. También se han conservado dos piezas llamadas palmellares o sierras, que están fijadas con clavos de hierro.
Los investigadores aseguran que este sistema arquitectónico se conocía como construcción en esqueleto y era muy habitual en el Mediterráneo medieval, aunque se extendió por toda Europa a partir de mediados del siglo XV.

No es el primer barco que se encuentra en Barcelona
El hallazgo es una fuente única de conocimiento sobre la navegación y las técnicas de construcción naval que se utilizaban en la Barcelona de los siglos XV y XVI. A pesar de la importancia de estos restos, no es la primera vez que se encuentra un barco en la ciudad.
En 2008 también surgió de la arena la Barceloneta I, una embarcación en condiciones similares a la Ciutadella I, que fue hallada durante unas excavaciones cerca de la estación de Francia. En ese caso, el barco también databa del siglo XV y era de origen cantábrico, probablemente vasco.
Durante más de seis años, los restos fueron restaurados y actualmente pueden verse expuestos en el Museo de Historia de Barcelona, en la antecámara del Palacio Real Mayor. Además, existe una exposición virtual que muestra el proceso de restauración con una reconstrucción en 3D de la embarcación y un mapa interactivo de las rutas comerciales del siglo XV.