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La campaña del ministro Alberto Garzón para reducir el consumo de carne ha levantado un gran revuelo, algo bastante predecible teniendo en cuenta que España es uno de los países en los que más carne se come de Europa (el primero o el segundo, según distintas fuentes). A la luz de los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la compañía alemana dedicada al análisis de datos Statista ha publicado que los españoles consumieron casi 50 kilos de carne por persona en 2020, cuando la recomendación de la OMS es de 21 kilos por persona.
Esta cifra representa un aumento del 10,5 % respecto al 2019 y equivale a un total de 2.305 kilos. Por comunidades autónomas, encabezan el ránking de mayor consumo de carne Castilla y León (57,5 kg por persona al año), Navarra (56,2 kg), Aragón (55,4 kg), Baleares (53,9 kg), Castilla-La Mancha (53,3 kg) y el País Vasco (53,1 kg).
La salud de las personas y del planeta son los motivos por los que ecologistas y nutricionistas advierten de la necesidad de reducir la cantidad de carne en nuestra dieta. La ganadería emite el 14,5 % de los gases de efecto invernadero a escala global, con el sector acuno a la cabeza, que es también el que más agua necesita. Según datos de Water Footprint Network, para producir un kilo de carne de vaca hacen falta más de 15.000 litros de agua.