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En la calle de Ferran, en el Gòtic, se ha puesto en marcha una prueba piloto para regular la circulación de bicicletas. Es por eso que esta calle se ha convertido en un eje pedaleable, que permite que circulen las bicicletas, en los dos sentidos de la marcha, entre la plaza de Sant Jaume y la Rambla. Debido a esto, la vía es compartida por ciclistas y mercancías, y también con los peatones, que habitualmente ocupan la calzada.
En cada extremo de este tramo de calle, donde tradicionalmente solo podían circular vehículos de mercancías, hay dos señales que indican que los ciclistas pueden circular en ambos sentidos y que la velocidad máxima es de 10 km/h. Pero en esa señalización en concreto no se indica quién tiene prioridad de paso, si los ciclistas o las mercancías.
Señalización pequeña que puede resultar confusa
De hecho, la señalización que muestra quien tiene prioridad de paso puede resultar confusa, ya que el símbolo de la bicicleta, debajo de una flecha roja, es bastante pequeña. Esta señal indica que es una vía de doble sentido, y que las bicicletas no tienen prioridad en dirección hacia la plaza de Sant Jaume y, por tanto, deben dejar pasar los vehículos de carga y descarga. En cambio, en sentido contrario, de plaza Sant Jaume hacia la Rambla, los ciclistas son los que tienen prioridad de paso.
Además, las otras señales también podrían generar confusión, como la señalización horizontal, que indica que se trata de una calle por la que pueden circular bicicletas, y los símbolos de bicicletas pintadas, que son bastante pequeños y tienen el tamaño de los adoquines de la calle.
Esta prueba piloto impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona busca ordenar los itinerarios ciclistas de la Ciutat Vella y mejorar la convivencia entre los distintos tipos de movilidad.