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La ola expansiva de la pandemia que se ha instalado en todos los rincones del planeta ha tenido efectos devastadores para varios negocios, comercios y servicios de nuestra ciudad. A lo largo del 2020 vivimos situaciones inéditas, como ver pasar la vida desde las ventanas de nuestra casa sin ninguna opción de salir a la calle y retomar nuestra añorada rutina. Durante este periodo, el transporte público de Barcelona recogió los datos que indican la magnitud de las restricciones de movilidad que sufrimos durante la primera mitad del año. Según indica el estudio realizado por la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), la demanda del transporte público a lo largo de 2020 sufrió un descenso del 50% en sus servicios con respecto al año 2019, cuando se alcanzó un máximo histórico.
Una primera mitad de año nefasta
Durante enero y febrero, cuando el mundo parecía seguir su ritmo y curso habitual, la actividad de la red de transporte público mantuvo la inercia del 2019 y la demanda creció un 5% durante estos dos meses. Sin embargo, los datos vivieron una caída libre cuando llegó marzo. Con la aplicación del decreto del estado de alarma, la demanda se redujo a más de la mitad (53%) durante el tercer mes del año, aunque este dato sólo era el preludio de una dinámica que dejaría la red de transporte público prácticamente desierta hasta el verano. De hecho, durante el mes de abril y mayo, coincidiendo con las medidas más restrictivas, el uso del servicio se desplomó un 92% y un 83% respectivamente.
Sin embargo, la segunda mitad del año vino marcada por una cierta recuperación en los datos, aunque se mantenían muy alejados de la realidad de antes de la pandemia. Durante los meses posteriores al verano, la red recibía entre un 45 y un 48% menos de viajeros. Estos datos señalan la importancia que ha tomado el teletrabajo durante 2020 y la consolidación de esta dinámica en muchas empresas, que prefieren reducir riesgos de contagio posibilitando trabajar desde los hogares.
Por otra parte, el descenso en los datos es común y muy equitativo en los diferentes modos de transporte como el metro, bus, Cercanías o el tranvía. En conjunto, la caída de la demanda baila entre el 45 y el 48% respecto el 2019 en la suma de los diferentes servicios que ofrecen los servicios de transporte público de Barcelona.
