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Venga, digamos nombres de edificios de Barcelona diseñados por Gaudí. Empiezo yo: La Pedrera, la Casa Batlló, la Sagrada Familia, el Palau Güell, la casa Vicens, la casa Calvet, etcétera. Seguro que si jugamos a hacer este brainstorming modernista, pocas personas dirán el nombre de un edificio lleno de historia pero poco famoso, que también es obra de este arquitecto catalán. Estamos hablando de la Torre Bellesguard, a la que se le ha considerado "el gran edificio desconocido de Gaudí".
Cuesta tenerlo presente por varios motivos. El primero es que se encuentra en lo alto de todo el barrio de Sant Gervasi, a los pies de la sierra de Collserola. El emplazamiento le da unas vistas de 360 grados de la ciudad y también explica el nombre al edificio ('bell esguard' significa, literalmente, vistas bonitas), pero esto hace que quede alejado del bullicio de la ciudad. El otro es que durante mucho tiempo fue una casa particular. Desde 2013, la Torre Bellesguard es un monumento modernista visitable y, ahora, el edificio celebra el 10 aniversario de su apertura al público desvelando nuevos descubrimientos del edificio y permitiendo por primera vez el acceso a espacios no visitables.
El 5 de noviembre, el GCO (Grupo Catalana Occidente), actual propietario de Bellesguard, organiza una visita que permitirá acceder al segundo piso noble de la Torre y, aparte, disfrutar de la singular arquitectura de este edificio en el que confluyen los tres pilares de la filosofía gaudiniana: la naturaleza, la catalanidad y la religión. Y, además, la visita permite también conocer un secreto de este edificio, que Gaudí dejó escondido en sus paredes y que ahora ha salido a la luz.
El secreto de Gaudí que solamente puede verse el día de Navidad
Uno de los elementos más distintivos de esta finca es el rosetón que protagoniza la fachada. A diferencia de un rosetón de una iglesia, este no es esférico, sino que representa un cielo estrellado con una gran estrella de ocho pinchos en medio. La vidriera tiene varios significados: puede ser una referencia de la noche que nació Jesús, del astro de Venus, de la estrella de Navidad que siguen los Reyes Magos o de la rosa de Reus. Pero lo más sorprendente de esta estrella le ha descubierto Galdric Santana, actual cátedra Gaudí y director del Grup d'Investigació Bellesguard.
Su búsqueda ha concluido que Gaudí diseñó la vidriera de la fachada principal con la inclinación precisa para proyectar un juego de luces y sombras que alcanza su máximo esplendor en Navidad. Así pues, cada 25 de diciembre, entre las 16 h y las 17 h de la tarde, el sol entra por la estrella de la Torre Bellesguard de forma directa y proyecta nítidamente la silueta en el interior del edificio. El juego de luces también puede verse en otros días o épocas del año, pero Gaudí calculó que tuviera su máximo brillo y nitidez el día de Navidad.
El arquitecto, que definía los colores que dejaba la luz al pasar a través de las vidrieras como “pinturas efímeras de Dios”, quiso experimentar al máximo con el potencial de las vidrieras en este edificio, aunque el uso de la gnomónica (la ciencia que estudia la trayectoria del Sol y su uso para crear proyecciones) normalmente estaba reservado para edificios sagrados o de culto, como catedrales o iglesias, y no en edificios privados como la Torre Bellesguard.
Sin embargo, la casa no era un edificio cualquiera: en ese mismo solar había habido un castillo medieval erigido por Martí I L'Humà, el último rey de Aragón perteneciente al Casal de Barcelona. Gaudí, en los bancos que rodean la casa por fuera, hace referencia a la historia de Martí l'Humà, que desde la Renaixença se interpretó como el fin del esplendor de Catalunya que se debía volver a aviar. Y, en el desván de la Torre, la Sala dels Maons luce una bóveda catalana de la que cuelga un candelabro en forma de corona invertida: se trata de una réplica exacta de la corona de este rey, cuyo original se encuentra en la Catedral de Barcelona.
Cuenta atrás para 2026: el centenario de la muerte de Gaudí
Antes de abrir sus puertas al público, en 2013, la Torre Bellesguard había tenido usos diversos. Durante la Guerra Civil Española fue un orfanato y, más tarde, fue también un hospital y una maternidad. A partir de 1974, se convierte en residencia familiar. De momento, la torre ha abierto ya visitas a los espacios del segundo piso noble, donde vivía la familia. La siguiente tendrá lugar el día 5 de noviembre y las entradas se pueden adquirir vía web, por un precio simbólico de 16 €. La idea es que, de cara al 2026, en el marco del centenario de la muerte de Gaudí, la Torre Bellesguard ya pueda visitarse al completo.