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La tradición del haba y el rey del roscón tiene un elemento de realidad innegable: el rey –tanto el del roscón como el de la vida real– no tienen que pagar nada (aunque el rey del bizcocho solo se escabulle de apoquinar el pastel, y el Borbón tiene una asignación de 8.431.150,00 euros para 2023).
En Cataluña hay un sentimiento antimonárquico potente: un 66% de los catalanes votarían a favor de una república en España si se celebrase un referéndum, según una encuesta del 2020. Partiendo de esta base, la panadería Pa de Can Maula, en Melianta (Fontcubierta, Pla de l'Estany), se ha inventado el roscón republicano, una especialidad que comercializa el 5 de enero, víspera del Día de Reyes.
En lugar de un rey, el roscón esconde un caganer
¿Y qué lo hace republicano? Pues que en lugar de la figurita de un rey esconde la de un 'caganer' (pero se mantiene el haba). Albert Serralvo, panadero de Can Maula, es el inventor. "Quería poner algo muy nuestro, más catalán y de la tierra, y la idea que más gracia me hizo fue la de utilizar un caganer, muy habitual también por estas fechas", explica Serralvo, que añade que el dulce no lleva la corona de papel, sino una barretina y el lema "En Can Maula no tenemos rey".
'Caganer' de proximidad
Serralvo, panadero de sexta generación, ha elaborado un producto artesanal y de proximidad: está hecho con harina ecológica de la Farinera Coromina, en Banyoles, la masa está hecha en el mismo establecimiento y los ingredientes son todos ecológicos, artesanales y de proximidad. ¡Incluso el 'caganer'! "Lo compro en una parada que hay instalada durante estas fiestas de Navidad en Girona”, indica Serralvo. El roscón se podrá recoger en el establecimiento el 5 de enero. Se vende en dos tamaños, relleno de mazapán, de nata o de trufa.
Este roscón, como el Procés, nace marcado por la oposición eje social-eje nacional. Y me da la impresión de que es mucho más catalán que republicano: porque solo a un panadero catalán de pura cepa se le ocurriría incrustar una figurita de alguien cagando dentro de algo que quiere que la gente se coma. La escatología forma parte inseparable de la 'rauxa' catalana. Como decía el malogrado Leo Bassi: "El placer de comer mierda" (solo metafóricamente, ojo, seguro que el roscón republicano está buenísimo).
Si la idea tiene éxito, quizá la próxima Navidad veamos una cabalgata de Bedeles Magos en algún municipio.