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Ha llegado el camarero virtual que toma nota de tu pedido y a quién pagas la factura. Funky Pizza, en Palafrugell, acaba de poner en marcha un programa de gestión mediante el cual el cliente llega, se sienta y escanea un código QR. Y a partir de aquí, consulta la carta, hace el pedido –que el personal del restaurante recibe y gestiona por pantalla, en cocina– y paga directamente con su móvil. Eso sí, un camarero trae el plato a la mesa (no esperéis robots).
Esta es la primera vez que en España una aplicación tecnológica sustituye el pedido directo a camarero dentro de un restaurante. "Queremos ofrecer una herramienta innovadora que permita sumar en la batalla contra la Covid-19, y que la gente continúe disfrutando de la experiencia de comer aquí, pero reduciendo el contacto físico", explica Carlos Manich, propietario de Funky Pizza.
¿Ventajas? La reducción del contacto físico y que se puede hacer un seguimiento del estado del pedido. ¿Desventajas? Pierdes el contacto humano con el camarero: se acabó lo de pedir descripción de que comerás, tunearlo un poco a tu gusto o saber que cantidad de comida te llega a la mesa.