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Poco a poco vamos sabiendo más detalles del que ya se ha bautizado como el Sant Jordi de verano. El próximo 23 de julio Barcelona y toda Cataluña esperan revivir el espíritu literario y romántico que no se pudo vivir el pasado 23 de abril, día de Sant Jordi, a causa del estado de alarma. La canícula propia de un mes de julio no se podrá evitar, pero los gremios implicados en la organización, libreros y floristas, ya buscan la manera de poder celebrarlo de la forma más cómoda y segura. Es por eso que el Ayuntamiento y demás impulsores han llegado a un equilibrio entre la seguridad y la fiesta: cortar el tráfico de Passeig de Gràcia y transformar este eje en el espacio central de la fiesta.
Libros en el lugar de los coches
No sabemos si este Sant Jordi caluroso será un éxito, lo que sabemos seguro es que conseguirá una imagen inédita, un Passeig de Gràcia sin rastro de coches y, en su lugar, paradas llenas de libros. El acuerdo al que se ha llegado con el consistorio es el corte total del tráfico y la ocupación del espacio central de coches, mientras que en las aceras se mantendrá la circulación de personas y las terrazas de bares y restaurantes. El corte se prevé que empiece en la plaza de Catalunya y todavía está por definir donde se acabará, pero posiblemente no se extenderá a lo largo del paseo, sino que dependerá de la demanda de paradas de los libreros y editoriales que quieran participar. La elección de esta ubicación no solo responde a la centralidad y la belleza del Passeig de Gràcia sino que también facilita cumplir con las medidas de seguridad que manda el Procicat.
Desde un inicio se contemplaba la idea de que cada librería montara su parada frente a su local, hecho que permitiría evitar grandes aglomeraciones, pero se perdería la centralidad y la visibilidad de la fiesta en un solo punto de la ciudad. La decisión de cortar el tráfico del Passeig de Gràcia permitirá controlar en todo momento el acceso de la gente y el número de personas que haya en cada tramo. Además, se conseguirá una imagen de centralidad, donde casi todo pasará en un solo punto de la ciudad y no se sufrirá por no poder cumplir con las medidas de seguridad.