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El primer parque de bolas que hubo en Barcelona, el 'Happy Parc' de Sants, cerró sus puertas en noviembre de 2019. El edificio, que forma parte del Patrimonio Arquitectónico de Barcelona a pesar de ser propiedad privada, había sufrido una subida en el alquiler en la que el propietario pedía 15.000 € mensuales. Como el aumento era inasumible para los responsables de Happy Parc, este acabó cerrando 25 años después de su apertura y el espacio pasó a verse en alquiler por Internet.
Ahora, tres meses después del cierre del parque, la nave situada en la calle Comtes de Bell-lloc se convertirá en un negocio casi antagónico del que era. La empresa funeraria 'San Ricardo' hará del espacio del parque un tanatorio de dos plantas con cuatro salas de velatorio.
El Ayuntamiento de Barcelona, frente a las quejas de los vecinos, ya ha anunciado que ha otorgado la licencia a la empresa funeraria 'San Ricardo' porque "cumple todos los requisitos y condiciones" de la Ordenanza de servicios funerarios de Barcelona, modificada en 2017 para facilitar la entrada en el mercado de nuevas empresas.