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Cansados de tener que escribir noticias sobre locales emblemáticos que dejaron de existir a causa de la pandemia, nada nos pone más contentos que escribir sobre lugares que reabren, especialmente si los nuevos responsables conocen su historia y buscan mantener su esencia y conexión con el barrio y con Barcelona. Es el caso del Rouge, el mítico local nocturno de la calle Poeta Cabanyes 21 (no lo confundáis con otro de nombre similar en el Raval), que tuvo que cerrar el 2020 y que vuelve a la vida en septiembre, renovado, en forma de coctelería de autor y manteniendo esa aura de misterio que le convirtió un referente de la gente de la cultura en la ciudad.
En un enclave estratégico –cerca del Apolo, El Molino y Paral·lel 62 (la antigua BARTS)– el Rouge quiere volver a ser un punto de encuentro relevante. Conservará ese no sé qué de lugar secreto –el pasillo, el rojo omnipresente, el aire casi clandestino, lynchiano– y homenajeará al pasado canalla y 'burlesque' del barrio, que hoy vuelve a reivindicarse. ¿La garantía? Que han cogido el timón algunos de los responsables del Serielizados Fest y del grupo de pop electrónico TMATNB (The Morning After the Night Before), es decir, gente con gusto, muy conectada y perfectamente consciente de por qué se convirtió en una especie de "'backstage' de las grandes salas del entorno", tal y como explica Betu Martínez, portavoz del proyecto
Mantendremos idea de privacidad y singularidad: lo que ocurre en el Rouge se queda en el Rouge
Habrá siete cócteles de autor (más uno sin alcohol) que rendirán tributo a la historia del barrio (cóctel Dorita, Mustang...) y, para acompañar, también tendrán pequeños bollos planchados con varios rellenos que prepararán los propietarios de la Bodega Amposta. Los viernes y sábados habrá sesiones de DJ hasta las 3 h (abrirán a las 19 h de miércoles a domingo y cerrarán a la 1 h los miércoles y los jueves, los domingos quizás más tarde), siempre con entrada libre, excepto en alguna de las actividades culturales, como los pódcasts en directo.
Búnker cultural
Entrar en el local será un pequeño viaje desde el pasado del Rouge a la actualidad. "Nos encontramos un local muy castigado –explica Martínez–, a mí ya me gusta el concepto de 'ruin bar' berlinés, pero ahí hemos tenido que cambiar la instalación eléctrica e ignifugar el techo". Lo que os encontraréis dentro es una coctelería moderna que conserva el rojo como elemento esencial, "mantendremos idea de privacidad y singularidad: lo que ocurre en el Rouge se queda en el Rouge", asegura. Y habrá cortinas de terciopelo rojo. De hecho, actualizan la idea de 'búnker cultural' que entre finales de los 90 y principios de 2000 convirtió este pequeño establecimiento (100 m², capacidad para 68 personas), en todo un referente en el barrio: ideal para quedar después del Lliure o antes del Apolo.