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En mercados como el de La Boqueria y Sant Antoni hay más gente mirando que comprando. Y hasta aquí todo bien, si no fuera porque hay gente que mira -locales y turistas, qué más da- que impiden que la gente que quiere comprar lo haga con tranquilidad. También hay gente que grita demasiado, grupos enteros que saturan los pasillos y fotógrafos más o menos profesionales dispuestos a hacer lo que sea para llevarse el recuerdo que quieren, aunque ello implique fotografiar alguien que está trabajando. Desde el 2015, la Boqueria restringe la entrada de los grupos de turistas con guía los viernes y sábados, y el mercado de Santa Caterina se sumó a la iniciativa hace unos meses.
El interés arquitectónico e histórico de La Boqueria hace que la visiten cerca de 8 millones de personas -compradores y voyeurs- cada año. En total y según datos de 2016 del Ajuntament, casi 67 millones de personas pasaron por los mercados de la ciudad. Pero, ¿cuántas de estas personas hacen la compra?
Para evitar que la cosa vaya a más, el Ajuntament informa que el mercado de Sant Antoni restringirá también el acceso a grupos de visitantes con guía todos los viernes y sábados con el fin de preservar el modelo de mercado que hay actualmente. Se prohibirá el acceso a los grupos de más de 15 personas y se obligará a abandonar el recinto a las personas que estén perturbando el normal funcionamiento del equipamiento, bien sea en grupo o de forma individual. Esta última disposición se empezará a aplicar también en el mercado de la Boqueria donde no se hacía hasta ahora.
Así, desde el día 1 de abril hasta el 30 de octubre el mercado de Sant Antoni prohibirá la entrada durante todo el horario de apertura a los grupos de 15 o más visitantes que vayan con una o más personas que actúen como guía. Los grupos de menos personas podrán entrar, pero se les echará si muestran un comportamiento que no permite el normal funcionamiento del mercado como gritar, saturar pasillos, manipular elementos o comer y beber donde no está permitido.
Los informes que se han hecho muestran que teniendo en cuenta la anchura de los pasillos, una concentración de 15 personas es suficiente para impedir el movimiento de gente en el interior del mercado. Además, se ha constatado que las experiencias llevadas a cabo en los últimos años en los mercados de la Boqueria y de Santa Caterina, en este mismo sentido, favorecen el correcto desarrollo del mercado.
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