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Dice la leyenda que el dr. Zhang fue el médico que hace siglos curaba a los emperadores chinos. Como solo tenía permitido trabajar para el poder, para curar también a los ciudadanos ideó un saquito de arroz lleno de alimentos. Sin ser medicina, el invento nutría y curaba a la gente del pueblo. Dr. Zhang llegó a Barcelona en 2018 en forma de 'dumpling bar', en Sant Antoni, y ahora acaba de abrir un segundo Dr Zhang (Aribau, 254, T. 931 27 15 55) en la zona alta.
La responsable de llenar la ciudad de estos hatillos chinos es Èlia Caral, una diseñadora gráfica, que regresó de China hace más de 10 años con la idea de ofrecer a su ciudad lo mismo que ella comía allí: 'dumplings'. "Después de unos años y mucho éxito, necesitábamos crecer", dice. Buscaba un obrador que le permitiera aumentar la oferta de la carta y el ritmo de producción, pero cuando encontró el espacio, en Aribau con Travessera de Gràcia, no se lo pensó dos veces para abrir un segundo restaurante donde poder disfrutar de una tarde de baos y 'gyozas'.
No hemos perdido la esencia Dr Zhang, pero ofrecemos muchas más cosas
Este es un espacio más grande, más elegante, con más mesas para sentarse y con una cocina gigante. Todo vestido del mismo rojo que en la calle Sepúlveda, y con un reservado azul, el color de la eternidad. Cualquiera de los clientes de Sant Antoni que ahora suban a Sant Gervasi, verán que la esencia es la misma. "Hemos intentado no perder la esencia de Dr. Zhang, no perder los 'dumplings' y no perder el Mao Zedong censurado como imagen, pero nos hemos adaptado al barrio: no es lo mismo estar rozando el Raval que estar en Sant Gervasi-Galvany. Cambia mucho". Abajo hablan del concepto 'dumpling bar', arriba hablamos de 'dumplings and more'.
Y ese 'more' es el valor añadido del nuevo local. Hay carta de cócteles –con un maravilloso Basil Drop, a base de sake sour, licor de saúco y albahaca; dedicado a sus amigos de Shanghái– y han ampliado la oferta de platos, que van más allá de los 'dumplings': un cebiche de langostinos con leche de coco, unos 'sam' de pollo frito picante, un bao relleno de carne o un salteado de setas con arroz y salsa 'unagi', por ejemplo. Y lo mejor, en el Dr. Zhang de Aribau no hay límite de horario: puedes sentarte todo el rato que quieras porque no hacen doble turno.
Llevan cuatro días abiertos, y ya tienen el teléfono que saca humo. De momento solo abren por las noches, pero en un par de semanas incluirán también un menú de mediodía en la fórmula que rondará los 15 euros. En cuanto al ticket de la noche, por unos 25 euros puedes disfrutar de una cena que te transporta directamente a China… ¡y con cóctel incluido! No se nos ocurre ninguna mejor combinación.