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Gabriel García Márquez decía que, por razones misteriosas, Barcelona no solo era la mejor ciudad del mundo, sino también la mejor ciudad para escribir. Tal vez lo pensó alguna vez sentado en su mesa favorita del Bar Mundial, en el barrio del Born. En un rincón del local, cerca de la puerta, aquella mesa tenía una ubicación ideal: desde los cristales podía ver el bullicio de la Plaza de Sant Agustí Vell, llena de árboles, con su fuente y su convento gótico. Ahora sabemos que el bar que acogió la pluma de Gabo reabrirá muy pronto. Y también sabemos que la mesa y la silla que lo acomodaron estarán en el mismo lugar de siempre.
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El Bar Mundial mantendrá su esencia, y eso incluye su icónica barra de mármol, los cuadros que decoraban las paredes, los azulejos, las mesas y las sillas del local. Este emblemático establecimiento tuvo que cerrar en 2021 debido a la pandemia, pero el Grupo Confitería –propietario de locales como las coctelerías Paradiso, Monk y Stravinsky, además de bares como el Café del Centre y el Bar Muy Buenas– lo ha comprado y se ha comprometido a conservar sus rasgos más característicos. También prometen que el bar reabrirá muy pronto, probablemente en marzo de 2025, el mismo año en que el local cumple 100 años.
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Un templo del boxeo y la literatura
Entramos en el edificio para ver cómo avanzan las obras. Se trabaja con rapidez y hay mucho polvo, pero se puede ver cómo la sala principal del bar conserva la barra de mármol y un gran espejo con estantes para las botellas. Ahora las paredes están vacías, pero la idea es que cada cuadro vuelva exactamente al mismo sitio donde estaba. De hecho, el que decoraba la pared opuesta a la barra está en proceso de restauración: “Es un cuadro bastante imponente, de grandes dimensiones, en el que aparecen siluetas de varios boxeadores”, explica Guillem Fructuós, responsable de comunicación del grupo. Y es que este histórico local no solo es conocido por haber acogido a uno de los escritores más reconocidos del mundo, sino también por haber sido el templo del boxeo en Barcelona entre los años 30 y 60.
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"Entre 1929 y 1967, en el Mundial se reunía una peña de aficionados al boxeo: se hacían apuestas, se comentaban los combates y se veían las jóvenes promesas de este deporte". Todas las referencias al boxeo se mantendrán y la sala principal del Mundial conservará su esencia, pero las salas interiores serán renovadas. “Conservaremos los azulejos, pero nos tomaremos la libertad de crear desde cero”, dice Fructuós. ¡Ah! Y se quedarán las características mesitas de mármol y forja que se ven en tantos bares de Barcelona, ahora apiladas junto a la pared para que no se dañen: “Son patrimonio del bar, de la ciudad y de una manera de hacer las cosas”, explica.
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