[title]
La presentación de un festival con más de medio siglo de historia, un evento que se espera cada año con regularidad, es este año una noticia excepcional. El Voll-Damm Barcelona Jazz Festival 2020 acaba de anunciar una edición que, por razones obvias, es muy especial. A pesar de las restricciones, el festival ofrecerá del 24 de octubre al 29 de enero más de 60 conciertos presenciales en diferentes escenarios (este año se suman espacios como el Palau Robert y el Milano Jazz Bar y, en 'streaming', los icónicos Village Vanguard y Smalls de Nueva York).
A pesar de las circunstancias, el festival ha conseguido elaborar un cartel con estrellas internacionales como la soprano Natalie Dessay, el pianista Brad Mehldau -que recibirá la Medalla de Oro del festival- y la cantante y actriz alemana Ute Lemper. El retrato de artista de este año estará dedicado a Sílvia Pérez Cruz, que acaba de publicar el álbum 'Farsa (género imposible)' y protagonizará cuatro conciertos, dos en la sala BARTS y dos más en el Palau de la Música y el Gran Teatre del Liceu.
Habrá también cumpleaños y despedidas, como el concierto '50 anys' de la Locomotora Negra, los 15 años de la Sant Andreu Jazz Band, y el adiós definitivo de los escenarios de Pegasus. También dentro de la escena catalana, habrá actuaciones de Marco Mezquida, con un concierto antológico, y Andrea Motis, con el espectáculo 'A swingin' story ', acompañada de su quinteto y del 'crooner' Randy Greer.
De Cajón!
Cabe destacar también, la programación flamenca del festival, el De Cajón !, en la que este año brilla el nombre de María José Llergo, junto al trío formado por Carles Benavent, Tino di Geraldo y Jorge Pardo, los guitarristas Vicente Amigo y Tomatito, y el cantaor Miguel Poveda.
Será una edición más pequeña, con un presupuesto más ajustado (unos 820.000 euros, un 40% inferior al del año pasado) y más íntima. Hay salas, por ejemplo, que de momento no pueden estar en la programación, como Luz de Gas y el Harlem, pero la organización afirma que estará atenta a los acontecimientos y que quizá tendrá que improvisar –como hacen los músicos de jazz– al ritmo que marque la actualidad.
El festival también anima a los espectadores a utilizar las ventajas del Bonus Cultura creado por el Ayuntamiento para incentivar el consumo cultural.