[title]
¿Y si cambiáramos todas las luces de Navidad por un satélite? El DHub explora esta posibilidad con un prototipo, ideado por el estudio de arquitectura y diseño TAKK, que pesa 180 kilos y mide 5 metros de diámetro. El artefacto tiene forma esférica y una cara recubierta de espejos para reflejar la luz solar, colgando del techo del museo hasta el 10 de marzo.
Esta instalación artística, bautizada con el nombre de “Espill” por su carácter reflectante, recupera la iconografía de la estrella que, según la tradición cristiana, guió a los Reyes Magos hacia Belén y contempla sustituir a toda la iluminación de calle por un punto de luz en el cielo que estaría generado por este satélite. Esto se lograría gracias a los espejos que lleva integrados, que reflejarían la luz del sol durante las semanas de celebración de Navidad para ahorrar energía y reducir la contaminación lumínica.
Pero lo que cuelga del techo del museo no es un satélite preparado para ir al espacio, sino un prototipo que ha creado el estudio de arquitectura y diseño TAKK, bajo el comisariado de Jose Luis de Vicente, director del DHub. La enorme maqueta va acompañada de un relato que explica cómo se enviaría el satélite al espacio, cómo se vería desde la superficie de la Tierra y cómo orbitaría a su alrededor.
Además, la instalación también invita a reflexionar sobre la progresiva colonización de la órbita baja espacial con satélites de fines comerciales, un fenómeno que en los últimos años ha contribuido a la subida de la contaminación lumínica y que preocupa a los astrónomos y ambientólogos, ya que impide observar un cielo oscuro o ver a las estrellas y, aparte, genera enormes disrupciones a ecosistemas naturales.
De momento, este satélite luminoso es solo una muestra de lo que se llama "diseño especulativo", que nos permite imaginar nuevos escenarios. De hecho, la instalación inaugura la serie "Arquitecturas Flotantes", intervenciones suspendidas sobre el vestíbulo del DHub. Pero quién sabe si, en un futuro no muy lejano, enviar un artefacto como este al espacio dejará de ser una propuesta fruto de la especulación imaginativa para convertirse en una realidad. ¿Os imagináis que, en vez de luces en la calle, tuviéramos la estrella de Navidad brillante en el cielo de Barcelona?