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El Ayuntamiento de Barcelona se suma a la ola de medios e instituciones que han abandonado la red social X en los últimos meses. The Guardian, La Vanguardia y la Universidad de Barcelona (UB) son algunos de los perfiles que ya no se pueden encontrar en X desde hace un tiempo, como señal de protesta contra las nuevas medidas que Elon Musk, propietario de la aplicación, ha ido añadiendo. “La Vanguardia dejará de publicar en X, convertida en una red social de desinformación (...) las ideas que atentan contra los derechos humanos, como el odio a las minorías étnicas, la misoginia y el racismo, forman parte de los contenidos virales que se distribuyen en X”, publicó el propio medio. Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona también ha anunciado que eliminará su perfil de X a partir del 31 de enero.
Según ha avanzado el consistorio a través de su perfil en Instagram, con la salida de la red social se cerrarán hasta 80 canales municipales activos dentro de la plataforma. A partir del 31 de enero, el único cuenta activa del Ayuntamiento en X será @bcn_ajuntament, la única oficial del consistorio, que se destinará exclusivamente a información de emergencias, alertas meteorológicas y afectaciones a la movilidad. Para llevar a cabo la decisión, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, firmará un decreto que convertirá a Barcelona en la primera gran ciudad del Estado en unirse a la medida que ya han adoptado otros ayuntamientos de ciudades europeas, así como instituciones y medios de comunicación.
El derecho a recibir información veraz y honesta
“El Ayuntamiento de Barcelona mantiene firme su compromiso con el derecho de la ciudadanía a recibir información veraz y honesta”, ha asegurado el consistorio en un comunicado. El Ayuntamiento defiende su compromiso porque Barcelona sea una ciudad puntera a escala mundial en el ámbito del humanismo tecnológico y la democracia digital, un objetivo que “se ha hecho incompatible con la permanencia en la red social X”. El consistorio considera que la plataforma se ha convertido en “una espiral de desinformación e intolerancia que atenta directamente contra la democracia”. Las reacciones a la noticia no se han hecho esperar, y miles de usuarios han celebrado la salida con comentarios cortos y contundentes como “Bravo”, mientras que otros aseguran que “no sabéis aceptar las críticas de la gente”.
La decisión del Ayuntamiento, sin embargo, no está relacionada con los haters o los comentarios negativos, sino que defiende el derecho a la información veraz y la lucha contra las fake news. Cuando Elon Musk compró la red social –que en ese momento aún se llamaba Twitter– por 44.000 millones de dólares, el empresario y miembro del gobierno de Donald Trump eliminó el departamento encargado de moderar los contenidos, y, un año después, X abandonó un programa con la Unión Europea que luchaba contra la desinformación.