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La apertura al público de los jardines y la casa de Canals-Junyer se ha retrasado en dos ocasiones. Primero estaba previsto que se inaugurara en septiembre del 2023, pero la detección del mal estado de conservación del muro de la parcela lo impidió y se aplazó en enero. Pero a principios de año tampoco se llegó a tiempo para abrir al público. Ahora, finalmente, el espacio libre de casi 1.800 m² ubicado en Vallcarca, en el antiguo consulado de Dinamarca propiedad de la familia Canals y Junyer, ya ha abierto su acceso a todo el mundo.
La transformación del exterior del inmueble ha resultado un gran espacio mirador y una zona de estancia en sombra, ya que se ha mantenido una gran superficie permeable con árboles donde se ha añadido un pavimento accesible. Además, también se ha preservado el carácter original del jardín y se ha instalado un kiosco con servicio de cafetería.
Previamente a las reformas del espacio a cielo abierto, el interior del palacete también fue recuperado: se liberaron elementos no originales, se recuperó la cubierta –uno de los elementos más singulares en el ámbito patrimonial– y se retiró la edificación anexa adosada al edificio original. Además, se reforzó la estructura y se distribuyó para tener usos polivalentes. El resultado de la intervención en la Casa Canal-Junyer, también conocida como el antiguo consulado de Dinamarca, es un triple espacio de 12 metros de altura con un espacio transitorio y un espacio público cubierto vinculado al jardín que permite usos vecinales, sociales y culturales, que en un futuro se convertirá en un casal por el barrio.
Mejor conexión entre Vallcarca y el Coll
Las obras del espacio también han echado abajo uno de los muros que había para crear un nuevo acceso. Hasta ahora solo se podía acceder a los jardines ya la Casa desde el viaducto de Vallcarca, pero ahora también se puede desde la parte baja, por la calle de Gustavo Bécquer. En el primer punto se hará una rampa accesible y, en el segundo, ya se ha construido una escalera de 2,4 metros de ancho y 13 metros de largo. Así, en el horario de apertura, el espacio de Canals-Junyer se convierte en una zona de estancia, y también en un atajo entre lo alto y lo bajo que, a la vez, supone un camino más directo de conexión entre Vallcarca y el Coll.