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La temperatura media global del año pasado fue de casi 15 grados, concretamente 14,98 °C, la cual está 1,48 °C por encima de los niveles preindustriales entre 1850 y 1900. Este último dato es muy importante, porque se aproxima al límite de seguridad que se estableció en el Acuerdo de París en 2015, donde se pactó mantener el incremento de la temperatura media mundial por debajo de 2°C respecto a los niveles preindustriales e intentar limitarlo a 1,5°C. Este último año, pues, la temperatura mundial ha aumentado hasta 1,48°C respecto al nivel preindustrial, acercándose mucho al máximo delimitado, donde todavía se podría contener la intensidad de los episodios de calor extremo, las precipitaciones intensas y los períodos de sequía, entre otras consecuencias. Si el calentamiento global alcanzara los 1,5°C por encima, podría acarrear riesgos para los sistemas naturales y humanos, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio climático.
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus ha alertado de que, si se continúa con la tendencia de los últimos años, en los próximos meses se podría sobrepasar temporalmente esta línea roja.
En cuanto a Barcelona, en agosto de 2023 se registró la noche más tórrida desde que hay datos, con una temperatura mínima de 27,9 °C. Si analizamos el conjunto de Cataluña, 2023 ha sido el segundo año más cálido y de los más secos, según el Servicio Meteorológico de Catalunya (Meteocat), solo superado por el año 2022.