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Por fin Dua Lipa en Barcelona. Era, quizás, la visita más esperada de los últimos dos años: su segundo trabajo, 'Future nostalgia' (2020), salió con gran valentía en un momento muy difícil y acabó siendo un acierto. Divertido, melódico, bailable, lleno de hits, fue un bálsamo en tiempos de confinamiento, un canto a la vida y a la esperanza que decía: "Ánimo, volveremos a salir, volveremos a bailar".
Con un Sant Jordi con todo el papel agotado y después de que la también británica Griff se encargara de calentar el ambiente, el público recibió a Lipa (que repetirá la próxima semana en el Primavera Sound) con una ovación estentórea. La pantalla gigante presentaba a las bailarinas y bailarines como si se tratara de una película de serie B y la cosa prometía: la combinación entre los visuales y el cuerpo de baile consiguieron que el show fuera divertido y entretenido durante dos horas que pasaron volando.
La pequeña caída que sufrió fue solamente una anécdota en un concierto que se nutrió de la efectividad de las canciones del último trabajo. 'Physical', 'Love again', 'Cool', 'Good in bed', 'Hallucinate'... y ya hacia el final, la traca, con 'Levitating' (levitando de verdad, subida a una plataforma que flotaba sobre las cabezas de los espectadores), 'Future nostalgia' y 'Don't start now'. Por el camino, un par de piezas del primer disco, el 'One kiss' que tiene con Calvin Harris y 'Cold heart' con un Elton John gigante en la pantalla.
Con un gran protagonismo de los bailarines y bailarinas (también haciendo acrobacias con patines), una banda solvente de bajo, guitarra, batería y teclados y, sobre todo, unas coristas que logran reforzar la interpretación vocal de Lipa, la cantante no descansó ni un momento. Apareció y desapareció por trampillas escondidas en el escenario, cantó con una langosta gigante detrás, convirtió el extremo de la pasarela en un club nocturno, dejó caer globos de colores y acabó disparando confeti al público.
En 'Be the one' tuvo el detalle de enfocar las caras de los fans, que se veían reflejados y reflejadas en las pantallas gigantes y se sentían especiales por un momento. 'Future nostalgia' va de eso, de revivir la inocencia del pop de los años 80: vestirse de lentejuelas y salir a bailar, a pasarlo bien y a vivir una fantasía que nos aleja de las grisuras cotidianas, un espacio seguro donde todo el mundo tiene cabida y no hay espacio para el cinismo. Algo que olvidamos con demasiada frecuencia.