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"La torre es una de las obras arquitectónicas más antiguas de la humanidad", asegura World Federation of Great Towers (WFGT), una asociación internacional que agrupa a los rascacielos con los miradores más famosos del mundo. The Shard de Londres, la Torre de Tokio en Japón y la Torre Eiffel en París son algunas de las torres que forman parte del prestigioso grupo de la entidad, una lista con 54 edificios en los que ahora también podemos encontrar dos barcelonesas. La organización ha reconocido al Mirador de la Torre Glòries por su arquitectura e ingeniería y el papel que juegan en el desarrollo de la ciudad en la actualidad.
El Mirador de la Torre Glòries se ha convertido en una de las atracciones turísticas más populares de Barcelona, desde donde se puede disfrutar de unas vistas 360 de la ciudad. Desde que se inauguró hace dos años, el mirador ha recibido a más de 220.000 visitantes y, solo este año, el 42% del total fueron visitantes locales. Su director, Aleix Pratdepàdua, ha asegurado en un comunicado que este reconocimiento internacional consolida el espacio como "referente internacional de un modelo de experiencia que invita al visitante a mirar y entender la Barcelona del presente para reimaginar las ciudades del futuro".
Aunque el mirador se estrenó dos años atrás, desarrollado y gestionado por Mediapro Exhibitions, la Torre Glòries hace que forma parte del 'skyline' de la ciudad desde 2005. El proyecto fue el resultado de la colaboración entre el Atelier Jean Nouvel y el Estudio b720 de Barcelona y se empezó a construir en 1999 con el objetivo de reducir el consumo energético con un sistema de energía solar y agua freática, y hacer un homenaje a la ciudad. El resultado fue una torre de 144 metros de altura y con el exterior recubierto de láminas de cristal de distintos colores que se iluminan de noche gracias a los más de 4.500 dispositivos led diseñados por Yann Kersalé.
Otra torre barcelonesa en el grupo
Más allá de la nueva incorporación, en la lista ya había otra torre barcelonesa: la Torre de Collserola, que se convirtió en un icono de las Olimpiadas de Barcelona de 1992. La propuesta fue diseñada por el arquitecto inglés Norman Foster, que instaló la torre de 288 metros de altura en una de las cimas de la sierra de Collserola para asegurar las telecomunicaciones de la ciudad. En la actualidad, la torre conserva todavía su función original y es la que se encarga de la mayoría de los enlaces audiovisuales del área metropolitana y de la provincia de Barcelona. Además, en la planta 10, a 115 metros de altura, la construcción también alberga un mirador con unas vistas panorámicas de la ciudad, del Parque de Collserola y Montserrat. Las dos torres barcelonesas son las únicas de España en la lista de World Federations of Great Towers.
La importancia de las torres a lo largo de la historia
Las torres han estado presentes desde siglos atrás y han jugado un papel protagonista en los conflictos, dando una visión elevada y permitía ver si los enemigos se acercaban. Con el paso del tiempo, su función defensiva evolucionó hasta las torres que conocemos actualmente con nuevas finalidades. Ahora, estas construcciones tienen un gran impacto en el sector de las comunicaciones y el turismo y acogen a restaurantes 360, exposiciones, oficinas, miradores y mucho más en todo el mundo.
Podéis consultar aquí la lista completa de edificios de World Federations of Great Towers