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¿Habéis ido ya a Craun? Desde hace unas semanas, es una de las preguntas que más suenan entre los que andan a la caza de las últimas novedades gastronómicas de la ciudad. Un runrún que ofrece buena cocina, producto, una sala cuidada, pocas estridencias en el plato…
Craun (Aragó, 67) inició a finales del año pasado una nueva etapa, con Diego Gámez a los mandos de la cocina. Una apertura discreta entre decenas de novedades más mediáticas, pero que está consiguiendo hacerse un hueco y apunta maneras como uno de esos locales de los que se hablará esta primavera y verano.
Tras pasar por Lasarte, Pakta e Hisop, Gámez busca un discurso propio en el que se adivina el poso de estas casas a base de elegancia, sencillez y el justo exotismo. Además de la carta, ofrecen un menú degustación de nueve pases por 60 euros que permite asomarse de forma solvente a la cocina que propone Craun. Y que incluye platos realmente notables.
La col confitada a la brasa con queso stilton, oporto y praliné de nueces es un buen ejemplo de la cocina que se practica aquí. Parece una gyoza a primera vista, confesamos que hay cierta cara de decepción al ver que es una col, pero esta historia en tres actos tiene un final feliz al probar el plato. Buen producto y elaboraciones aparentemente clásicas, pero en las que se busca siempre una pequeña vuelta, un toque propio. Muy rico también el calamar con puntos de sobrasada y 'piparras' (el nuevo ingrediente de moda en todas las cartas, pero que aquí se trabaja bien, en crudo y acompañado de su jugo).
Las habitas con papada y bogavante, sabrosas y canónicas, marcan un estilo de cocina. El espacio luminoso y las mesas vestidas con mantel rematan la escena perfecta para quienes buscan un restaurante que deja a un lado eso de la experiencia y la sorpresa para centrarse en dar bien de comer. Eso sí, tocaría repasar la carta de vinos, que podría dar más juego con referencias que se salgan de lo de siempre.
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