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Un fantasma demográfico recorre Barcelona, personas desplazadas, estudiantes, empresarios y trabajadores que cumplen los requisitos de eso que ahora se llama 'nómada digital'. En genérico se trata de un grupo cada vez más numeroso, que llega a nuestra ciudad buscando sol y precios bajos y que, debido a su a menudo alto poder adquisitivo y sus sueldos de países acomodados, hacen subir los precios de la vivienda y gentrifican los barrios.
Nos referimos a los llamados 'expats' (de expatriados, minoría codiciada por su dinero, bienvenidos en contraposición a los inmigrantes pobres que nadie quiere de vecinos), gente que tiene sus propios restaurantes y bares, que suele relacionarse con personas de su misma condición, en locales exclusivos, en inglés en o en su lengua, y que a menudo ignoran cualquier rasgo de la cultura local, por supuesto el idioma.
Se calcula que al menos un tercio de los nuevos empadronados de 25 a 39 años no han nacido en la capital catalana. Ante este cambio patente en las calles y el padrón, el Ayuntamiento ha aprobado este miércoles, en la comisión de presidencia, realizar una oferta de clases de catalán y cultura local para integrar a las personas que forman los nuevos guetos 'expats'.
El grupo de Junts en el Ayuntamiento ha planteado la propuesta, que ha recogido el apoyo del PSC, Barcelona en Comú y ERC. El PP se ha abstenido y Vox se ha opuesto. La petición del grupo presidido por Xavier Trias plantea que la oficina del consistorio atienda al llamado "talento internacional", y lo haga mediante la Barcelona International Welcome Desk, programa de cursos periódicos de catalán y cultura local para "integrar esta comunidad" en la vida social y los distintos eventos de carácter popular en sus respectivos barrios".
No es un detalle menor, a las autoridades y la ciudadanía les preocupa la disminución del uso del catalán en Barcelona. Los 'expats', a diferencia de otros colectivos, no tenían servicios dirigidos para integrarlos a través de la lengua y la cultura. Los responsables de la norma hablan de "facilitar la acogida y la recepción de talento", como ha dicho la teniente de alcalde, Maria Eugenia Gay, en declaraciones a El Periódico.
Una sugerencia, que los cursos expliquen el precio más o menos exacto en Barcelona de una cerveza, de una tapa de bravas o de un alquiler normal, y quizás si los 'expats' lo interiorizan detenemos un poco la escalada de precios en la ciudad.