[title]
Hay sitios que tienen tanto arraigo popular que parece que lleven abiertos muchos más años de los que parece. Este es el caso de L'Hortet, el restaurante vegetariano que abrió Odina Capo el año 1990 en la calle Pintor Fortuny de Barcelona, y que sus hijas Odina Martí y Sònia Capo cerrarán el próximo jueves 23 de enero.
En un mensaje publicado en su instagram, han anunciado que "después de 35 años llenos de amor y dedicación, debemos anunciarnos que el destino nos ha llevado a empezar un nuevo camino, dejando atrás a nuestro querido Hortet". Martí y Capo han traspasado el negocio a Pötstot, un restaurante vegano, sin gluten y lactosa, que abrirá una nueva sede en el Raval. Habrá fiesta de despedida: L'Hortet, que hacía años que solo trabajaba en franja de mediodía, el jueves 23 estará abierto "de las 12 h hasta las 22 h para despedirnos personalmente con besos y abrazos de todo el mundo. Será la última vez que L'Hortet cocinará y queremos que sea una fiesta con el talante que siempre nos ha caracterizado", anuncia el comunicado.
Y la verdad es que l'Hortet, más que un restaurante vegetariano, es una institución popular. La persistencia de su muy asequible y excelente menú de mediodía –con producto de temporada, y con una sabia combinación de lo verde con contundente y suculenta proteína vegetal y lácteos– creó una parroquia habitual que fichaba casi cada día. Si ibas solo, pero con ganas de compañía, pues te sentabas en la mesa comunitaria a comentar la jugada. Los canelones de setas o espinacas con emmental y la fideuá de verduras con allioli quedarán en nuestro recuerdo, así como su brownie vegano.
No es el primer restaurante vegetariano que abrió en Barcelona, como se ha publicado por ahí (ese honor corresponde al Arco Iris, del año 1979). Pero sí que tiene una relevancia inmensa para la escena vegetariana de la ciudad: el padre de Odina Capo fue Nicolás Capo (1899-1977), italiano pionero del naturismo establecido en Barcelona y que dedicó su vida a la difusión de la trofología, una disciplina dietética (o pseudociencia) ideada para regenerar las enfermedades causadas por una mala alimentación. El recetario de Capo fue un impulsor de la incipiente cocina vegetariana, que Odina perfeccionó y expandió en L'Hortet; los platos del menú, siempre saludable, se cocinan en función de algunos atinados principios trofológicos de compatibilidad entre clases de alimentos, y si duda asentó el camino para la nueva ola de restaurantes veganos.
Se puede leer entre líneas en el comunicado de despedida: "pasaremos el testimonio a Pötstot. Un nuevo proyecto que, a pesar de no seguir una línea continuista, comparte nuestros valores de promoción de la salud y la sostenibilidad". Uno ve en esa frase un lamento –que quien escribe comparte– por la desaparición del sabroso restaurante ovolactovegetariano de vieja escuela, con ejemplos como Amaltea o el mismo Hortet. Restaurantes suculentos, para todos los públicos y a precios populares, llamados a desaparecer frente a la 'ultracool' ¿tiranía? de lo 'plant-based' y sus repertorios con mil texturas de anacardos (a veces bastante monótonas, todo hay que decirlo).
NO TE LO PIERDAS: Los mejores restaurantes vegetarianos de Barcelona