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Cierra esta histórica pastelería de Barcelona después de 74 años en la ciudad

El establecimiento abrió en 1950 y estaba en manos de Joan Galimany, la segunda generación al frente del negocio

Laia Jordà Sánchez
Redactora
Pastisseria Kessler Galimany
Foto: Instagram / @kessler.galimany
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La pandemia marcó un antes y un después en muchos negocios que intentaron sobrevivir y remontar cuando las medidas permitieron salir de nuevo a la calle. Uno de los sectores más afectados fue el de la restauración; en un mundo en el que la gente pide más a domicilio, muchos establecimientos de la ciudad se han quedado al borde del precipicio. Algunos se vieron obligados a cerrar, como fue el caso del restaurante Sagarra, el Señor Parellada y Can Lluís, mientras que otros todavía arrastran las consecuencias de la pandemia. La histórica pastelería Kessler-Galimany es una de las que no ha logrado levantar cabeza y, después de 74 años en la ciudad, cerrará sus puertas para siempre.

"Desde la pandemia llevábamos arrastrando una gran flaqueza, sobre todo económica, y cuando algo no se puede aguantar, lo mejor que se puede hacer es cerrar la persiana", ha lamentado Joan Galimany, la segunda generación al frente del negocio, en EL3, el portal de noticias de Sants-Montjuic. Galimany ha añadido que "no es lo mismo trabajar actualmente, con las nuevas normativas, los nuevos impuestos, y los nuevos alquileres" y ha confesado que "desgraciadamente, las pequeñas empresas no hemos podido aguantar ni asumir todos estos gastos". Las reacciones en las redes no se han hecho esperar y algunos usuarios han lamentado con nostalgia la pérdida de la pastelería con comentarios como "qué grave, qué golpe" y "qué mal me sabe, la pastelería de mi infancia saliendo de la escuela".

Pastisseria Kessler Galimany
Foto: Instagram / @kessler.galimany

Tres cuartos de siglo en Sants

La Kessler-Galimany es una de las pastelerías más antiguas y emblemáticas del barrio de Sants y se convirtió en el establecimiento de referencia para el vecindario. Teresa Kessler y Josep Galimany la fundaron en 1950 en el número 53 de la calle de Sants, el mismo establecimiento donde todavía se encuentra activa. El matrimonio empezó este proyecto con la idea de elaborar pastelería artesana de calidad y convertirlo en un negocio familiar. Con el paso de los años, fue su hijo Joan Galimany quien tomó el relevo y durante 37 años ha sido el que ha estado al frente del negocio y, aunque introdujo nuevas tecnologías y productos más modernos, la elaboración artesana siempre ha estado presente.

Sala para fiestas infantiles, catering para eventos o celebraciones, cafetería con productos de elaboración propia y un horno de pan son algunos de los servicios que Kessler-Galimany ofrece a su clientela, la mayoría todavía del barrio. Casi tres cuartos de siglo después, el establecimiento se despedirá del barrio el próximo 3 de abril sin ningún evento especial.

La primera pastelería con 'escape room'

Además de ser uno de los establecimientos de pastelería con mayor tradición popular de Barcelona, también fue el primero en incorporar un 'escape room'. La zona de juego se encontraba en el almacén-obrador justo frente a la pastelería de Hostafrancs, que disponía de varias habitaciones donde los participantes vivían una historia que empezaba con la muerte del abuelo de Joan Galimany y, a raíz de este suceso, se planteaba el misterio a solucionar. A lo largo de la historia, había un enigma a resolver y algunas tareas de pastelería por hacer, aunque no se probaban dulces de verdad.

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