Noticias

Carlos Cuevas y Albert Salazar: “Si sabemos de dónde venimos, podremos avanzar; si no, moriremos en el camino”

Los dos intérpretes catalanes protagonizan 'L'herència', una obra monumental de seis horas de duración

Andreu Gomila
Escrito por
Andreu Gomila
Editor
Carlos Cuevas i Albert Salazar
Foto: Ivan Giménez | | Carlos Cuevas i Albert Salazar
Publicidad

Carlos Cuevas y Albert Salazar son Toby Darling y Eric Glass, una pareja de jóvenes gais en el Nueva York de la segunda década del siglo XXI. Son los protagonistas de L'herència, una obra monumental de Matthew López que llega por primera vez a España en el Teatre Lliure. La dirige Josep Maria Mestres y nos servirá para muchas cosas. Para empezar, para ver el debut de Cuevas en el Lliure. Y también para seguir una historia política y social, pero a la vez muy teatral, que supone un auténtico tour de force de seis horas de teatro de primer nivel.

Al principio de L'herència, el personaje de Morgan dice que esta será una obra sobre la amistad, el amor y la pérdida. ¿Es así?

Albert Salazar: Sí, en parte, sí. Habla de eso y de muchas más cosas. Porque en seis horas... Es un buen resumen: amistad, amor y pérdida. Y añadiría: lo que significamos los unos para los otros y cómo las decisiones que tomamos en el presente sobre los demás tienen un efecto en el futuro.
Carlos Cuevas: Es una obra que también entiende el amor como un acto de relevo y que busca no olvidar de dónde venimos, quién nos ha permitido llegar hasta aquí. Nos plantea: de acuerdo, nosotros tenemos todos estos privilegios, pero ¿de dónde vienen estos privilegios? ¿Quién ha luchado para que los tengamos? ¿Quién ha perdido la vida para que los tengamos? Y qué les debemos a esas personas. Es una obra que, de alguna manera, traza un hilo hacia atrás, hacia generaciones anteriores.

¿De qué herencia habla?

C.C.: Toby y Eric son dos personas de izquierdas. Uno es dramaturgo, el otro vive en un piso heredado de su abuela, pero trabaja haciendo campañas políticas para Hillary Clinton. Del personaje de Toby no se explora tanto su faceta política como la emocional. Creo que es una obra muy política porque nos dice: no repitamos lo que hicieron los que nos precedieron. Hay un debate buenísimo en la segunda parte sobre lo que ha hecho la derecha y lo que ha hecho la izquierda por los derechos y las libertades. Es, sin duda, una obra muy política que nos dice: no repitamos a Ronald Reagan... Hay una escena sobre las elecciones en las que gana Donald Trump por primera vez. Y la reacción de todos los personajes es devastadora, porque ven de dónde venimos.

Albert Salazar
Foto: Ivan GiménezAlbert Salazar

Dicen que es la mejor obra norteamericana del siglo XXI. ¿Por qué es importante?

A.S.: Se acabará convirtiendo en un clásico porque se refiere a una época muy concreta, al momento de las elecciones que ha explicado Carlos. Es un retrato muy fiel de una generación muy específica y trata temas muy universales que, dentro de 200 años, seguirán estando sobre la mesa.

Es un retrato muy fiel de una generación muy específica y trata temas universales

Tampoco hay muchas obras que hablen de vuestra generación con tanta profundidad...

C.C.: Esta obra, y es importante no ocultarlo, expone el momentum del colectivo LGTBI y no sé si hay tantas que lo hagan con tanto protagonismo. La obra está protagonizada por decenas de personajes gais. Es una obra muy valiente. Y también pretende normalizar y visibilizar al colectivo LGTBI.
A.S.: También es una obra que habla del colectivo con mucha luz y mucha esperanza. Quizás estamos acostumbrados a ver obras que abordan el colectivo desde la oscuridad, los traumas. Y esta obra lo hace de otra manera.

¿Quiénes son Toby y Eric, los personajes que interpretáis?

A.S.: Eric es un personaje muy idealista, muy generoso, con mucha luz, cargado de positivismo. Viene de un lugar privilegiado, pero a lo largo de la obra tendrá que enfrentarse a cambios que lo llevarán a cuestionarse qué lugar ocupa en el mundo y cuál es su responsabilidad con los otros hombres del colectivo.
C.C.: Creo que Matthew López diseña dos personajes que son a la vez espejos y antagónicos entre sí, y que, a través de ellos y de su ruptura, explica dos formas de enfrentarse al mundo y a los conflictos. Por lo tanto, si Eric es un personaje generoso, luminoso y empático, Toby es narcisista y bastante más ególatra. Toby tiene una herencia absolutamente brutal en cuanto a cargas familiares y traumas emocionales, y como no es capaz de resolver los problemas que tiene, acaba como acaba. Eric es alguien capaz de afrontar sus problemas, mientras que Toby no es capaz de mirar atrás. Eric, a través del personaje de Walter, puede ver la herencia del colectivo y a los hombres que murieron por ello. Y Toby no puede mirar atrás y, por lo tanto, no es capaz de seguir adelante. La metáfora que plantea Matthew López con estos dos personajes es: si sabemos de dónde venimos, podremos avanzar; si no, moriremos en el camino.

Carlos Cuevas
Foto: Ivan GiménezCarlos Cuevas

L'herència tiene un espejo explícito en la novela Howards End, de E.M. Forster. ¿Cómo funciona ese reflejo?

C.C.: Es un espejo estructural. La trama es un calco de Howards End, cambiando la época y los personajes. Por poner un ejemplo muy concreto: al final de la película o la novela, unos personajes boicotean una boda, y eso sucede aquí también. La persona que boicotea la boda es una prostituta amante de quien se casa, y en L'herència ocurre lo mismo. La diferencia es que en la novela están las hermanas Schlegel, y aquí hablamos de una pareja.

La forma teatral es clave en esta obra, con un continuo entrar y salir del teatro. Empieza con un grupo de jóvenes que quieren hacer una obra, y la obra finalmente se despliega ante nuestros ojos. ¿Os ha costado ensayar eso?

A.S.: He tenido que tener muy claro el código y el juego teatral. Con Josep Maria Mestres lo hemos hablado mucho. Al principio, somos unos jóvenes que estamos interpretando unos personajes. Y, poco a poco, nos vamos fundiendo en ellos.
C.C.: El juego exige teatralidad y no costumbrismo, en ese sentido. No es una propuesta costumbrista. Requiere un ejercicio teatral que busca romper la cuarta pared. Ahora somos unos personajes y ahora somos otros. Empezamos con el dentro y fuera, y acabamos totalmente dentro.

 Albert Salazar i Carlos Cuevas
Foto: Ivan GiménezAlbert Salazar i Carlos Cuevas

¿Cómo os habéis preparado para hacer seis horas de función?

A.S.: Durmiendo ocho horas, comiendo muy bien. Sabemos que el reto es enorme y le dedicamos el esfuerzo que requiere. Personalmente, me estoy cuidando muchísimo. Intento ir al gimnasio todos los días, comer bien, dormir bien, porque sé que mentalmente requiere un esfuerzo y una concentración que no es la que necesita una obra normal.
C.C.: Lo mismo. Necesitas una preparación extra. Vengo de hacer Jauría, que tenía un texto de 70 páginas y me puse a estudiar un mes y medio antes. Aquí, que son 280 páginas, en julio Albert y yo ya estábamos estudiando para llegar a los ensayos de enero. Ha sido una preparación extraordinaria, pero es lo que nos emocionaba de esta propuesta. No es algo más, por la magnitud, por todo lo que toca, por la dimensión de los personajes... Los personajes tienen un arco que no tienen los de una obra que dura una hora y pico.

Cuando recibo un personaje, nunca me pregunto si habla de mí o si se parece a mí, sino qué puedo aportar yo

Debutáis en el Lliure, ¿verdad?

A.S.: Yo hice A.K.A. [producción de la Sala Flyhard] en el Espai Lliure. Pero sí, debut en la Puigserver.
C.C.: Me hace mucha ilusión... Yo me planteo: ¿por qué elijo los proyectos? Más allá de lo que me aportan como actor, quiero saber qué estamos contando al mundo. Siempre pienso que esto no va de mí, sino de lo que aporta esta obra al mundo. Cuando recibo un personaje, nunca me pregunto si habla de mí o si se parece a mí, sino qué puedo aportar yo. Y esta obra aportará: las luchas por los derechos y las libertades del colectivo LGTBI, en un teatro público, en Barcelona, en una obra de seis horas. Y ese es el mundo que quiero. Un mundo donde no haya homofobia ni violencia hacia el colectivo LGTBI. No se trata de mi protagonismo. También estamos aprendiendo muchísimo. Pero la cuestión es: ¿qué sumamos a nuestra sociedad? Y esta obra suma.

NO TE LO PIERDAS: Las obras recomendadas de la cartelera de Barcelona

¿Quieres estar al día de todo lo que se mueve en la ciudad? Inscríbete en nuestra newsletter y tendrás toda la info y los planes que te gustan para disfrutar de Barcelona

Últimas noticias
    Publicidad