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"Qué temazo, ¿eh?", así reaccionó el chico que me acompañó bailando todo el concierto al escuchar los primeros 'beats' de 'How deep is your love' (2015). Llevaba una camisa veraniega con tonos azules, los mismos que su sombra de ojos, y que hacían juego a la perfección con el color de las olas psicodélicas que predominaban en las dos enormes pantallas del escenario, las cuales reducían a Harris a un punto casi imperceptible por el público en la noche barcelonesa. Un espectáculo de luces que parecían imitar las mareas, ¿quizás un guiño al agua azul que lo acompañó en su visita al Parc del Fòrum? Él lo agradeció con sus mejores éxitos, perfecto. Pero esto solo era en la mitad del concierto.
Después de pasar por el Coachella en abril y por el Hangout Music Fest en mayo, ambos acontecimientos en los Estados Unidos, repitió el comienzo de su show con la que parece ser su entrada triunfal en los festivales, 'Blame' (2014). 'Don't blame it on me' –sí que te damos la culpa a ti, Calvin-, por crear la expectación que creaste y alargar hasta más no poder los temas que me transportan a los veranos de mi adolescencia. Me sentí realmente abrazada cuando el público cantó a pleno pulmón 'I need your love' (2013), no prestando atención cuando solo se escuchaba el instrumental y gritando la letra por encima, y ante las sonrisas emocionadas que despertaron 'Outside' (2014) y 'Feel so close' (2012).
Repertorio instrumental y 'covers'
La magia se mantuvo hasta muy entrado el concierto, con 'Summer' (2015) elevando al público al clímax. Eso sí, a pesar de la sonrisa pícara del DJ y las peticiones para vernos y escucharnos saltar y cantar que gritó al micrófono con su acento escocés, el ambiente que creó en la segunda mitad del concierto fue muy diferente al de la primera. Optó por un repertorio mayoritariamente instrumental puro, espaciando sus éxitos cada vez más entre sí a medida que avanzaba la noche. Harris ya dijo en una entrevista al New Music Daily de Apple Music 1 este marzo que le apetecía acercarse a los ritmos trance y house de finales de los 90 y principios de los 2000. Lo combinó con unas cuántas 'covers' –en la de 'Seven nation army' (2008) incluso se creó un pogo, como no– y cuatro temas suyos más contados. Quizás esta fórmula funciona para su show ibicenco –lo podéis ver todos los viernes en el Ushuaïa Ibiza Beach Hotel, junto con la leyenda del house Mark Kinchen, hasta el 25 de agosto–, pero en Barcelona el público se quedó un poco indiferente.
La espera fue larga hasta su despedida con 'Miracle' (2023), el temazo con que culmina su trilogía musical con Ellie Goulding. Y sí, la explanada del Fòrum se convirtió en un mar de luces blancas que se despidieron bailando. La buena vibra que dejó el llamado 'rey del electropop', estuvo cargada, sin duda, por los éxitos nostálgicos que nos transportan al ambiente musical de hace diez años.
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