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No se parecen a nada de lo que conocemos. Su batidora de sonidos nace de la colisión de cinco productores melómanos amantes de los samplers que decidieron reivindicar y actualizar el folklore andaluz. Este año han publicado su segundo largo, 'La contraçeña', repleto de hip-hop, spaghetti western, flamenco, electrónica... y lo presentan el 16 de septiembre en el Nits del Fòrum. Hablamos con Curro Morales, uno de sus miembros.
No teníais previsto grabar 'La contraçeña'. ¿Cómo surgió?
Nuestra idea era girar 'Puerta de la canne’ (2019), que todavía no lo habíamos girado, pero después del confinamiento tuvimos ganas de juntarnos, alquilamos una casilla y nos fuimos a hacer música, que es lo que nos gusta. No teníamos intención de hacer el disco sino lo que surgiera. Al final nos venimos con trece ideas y de ahí salió.
¿Crees que el álbum se ha beneficiado de esta espontaneidad?
Estamos en un momento en que nos entendemos todos muy bien, hay mucha amistad, complicidad y las cosas salen así. También nos vamos conociendo a la hora de trabajar, cada uno sabe lo que tiene que hacer y eso se nota. Cada vez es más fácil, nos entendemos mejor y hemos afinado más nuestro método de trabajo.
El núcleo del grupo sois cinco productores, no sois una banda de rock o pop al uso. ¿Cómo os organizáis?
Aunque luego participe más gente, nosotros cinco somos los que hacemos las maquetas. Yo soy el director musical, ordeno las ideas de todos, pero todo el mundo aporta y luego Serokah es el que está en el ordenador, el que diseña los sonidos. Yo estructuro las canciones, los arreglos, a lo mejor toco las melodías, pero todo el mundo aporta ideas y 'samples', tenemos que estar los cinco ahí para que salga esto. Simplemente lo que hacemos es montar el estudio en un sitio un poco apartado para desconectar de nuestra vida normal y de la gente y ahí nos ponemos a currar. Nos llevamos a nuestro colega de farra, como los Happy Mondays, y ya está. Y ahí a pegarle a la fiesta y a hacer música.
Nos llevamos a nuestro colega de farra, como los Happy Mondays, y a pegarle a la fiesta y a hacer música
Sois bastante difíciles de encasillar. ¿Definís de alguna forma esta mezcla de electrónica, hip-hop, flamenco, spaghetti western y tantas otras cosas o no os gustan las etiquetas?
A mí me encantan las etiquetas y utilizarlas a la hora de hablar de música, pero creo que es una cosa un poco más de la gente y de la prensa, que son los que lo están viendo des de fuera. Para definir lo que tu mismo haces, yo creo que tienes poca perspectiva. No me atrevería a ponerle una etiqueta a lo que hacemos, está guay que lo haga alguien ajeno a la banda.
Usáis muchos 'samples'. ¿Sampledelia podría ser una de ellas?
Sí, sobre todo al inicio. Seguimos trabajando con 'samples' pero las guitarras, bajos, teclados... muchos los grabo yo y otros Serokah. Aunque luego contemos con otros músicos, nosotros mismos grabamos muchos instrumentos y cada vez tiene más peso la instrumentación de la banda tanto en disco y del directo. Aun así no vamos a abandonar los 'samples', venimos también mucho del hip-hop, del big beat, de músicas que trabajan mucho con 'samples'. Es nuestro background y vamos a seguir utilizándolos, porque está guay esta combinación. El sampler es un instrumento más, en algunos temas tiene más importancia y en otros menos. Tampoco nos ponemos una barrera ni nos imponemos un método. Es totalmente libre.
¿Tenéis alguna línea marcada que defina lo que es Califato ¾ y lo que no?
Lo primero es que intentamos llamar al grupo siempre Califato tres por cuatro, porque 3/4 es como se escribe la anotación del compás tres por cuatro. Esta es una de las premisas, pero realmente también hacemos música a 4/4, a 6/8… No solo trabajamos el 3/4, aunque sea un poco el que nos define. Es que somos productores y hemos hecho todo tipo de música. Yo he tenido proyectos de noise pop, de metal, de electrónica, de rap, de grime, de dub… Le he dado a mil palos y muchos de los miembros del grupo han tenido ya un montón de proyectos diferentes. Tenemos que acotar un poco porque si no nos ponemos a hacer música y puede salir cualquier cosa, de verdad. Esa línea que nos marcamos es que tenga algún componente del folklore andaluz, de la música andaluza en general, ya sea en un 'sample', en una línea melódica, en una letra, en el compás… Porque si le quitáramos este elemento sería una locura, creo que esta es la única línea que nos marcamos.
El simple hecho de poner en valor esta cultura, que en muchos casos ha sido maltratada y denostada, ya tiene un componente reivindicativo
¿Os sentís parte de la tradición del rock andaluz?
No hacemos rock andaluz ni muchísimo menos. Si lo entiendes en sentido amplio es una cosa, pero si lo entiendes como la escena que surgió a finales de los 70 inicios de los 80, musicalmente no tenemos mucho que ver. En algún tema puede haber algún parecido o alguna conexión, pero no hacemos rock andaluz, vamos. En la música de los Derby [Motoreta's Burrito Kachimba], aunque lo mezclan con otras cosas, sí que el rock andaluz tiene un peso muy grande, pero para nosotros es un elemento más que puede estar entre doscientos más.
¿Qué me dices de la línea vanguardista que abrieron Morente y Lagartija Nick en 'Omega'?
Si hay una línea de investigación por ahí, el 'Omega' sí que está en el mismo camino. Aunque está hecho con otra premisa y utilizando el rock duro y mezclándolo solamente con el flamenco, nosotros vamos más allá, creemos que el folklore andaluz es más amplio que el flamenco. Pero sí que continuamos el mismo camino, me parece que ahí hay más conexión que con el rock andaluz, aunque al final el rock andaluz también es fusión de lo de fuera y lo de aquí.
¿Qué grado de reivindicación hay en vuestra música?
El simple hecho de poner en valor esta cultura, que en muchos casos ha sido maltratada y denostada, ya tiene un componente reivindicativo, tampoco tienes que decir mucho más en las letras ni hacer mucho más. El simple hecho de poner en valor esas raíces, actualizarlas y decir que están guay, que pueden ser un elemento para hacer música moderna como cualquier otra. Simplemente esto ya tiene un componente político.
Si la historia hubiera devenido de otra manera igual donde se hablaría correctamente sería en Córdoba y no en Valladolid
¿Usar el Êttandâ pal andalûh (EPA) en los títulos también es una cuestión política?
El EPA es una propuesta, ha habido otras anteriormente, de lingüistas que han intentado transcribir el andaluz y aunar todas las hablas andaluzas. El EPA recoge todas estas propuestas anteriores, me parece que funciona bastante bien y que es bastante inclusivo con las diferentes hablas andaluzas, que son bastante variadas. A nosotros nos parecía bien utilizarlo por una cuestión política, porque para mí la uniformización del lenguaje se produce siempre desde los centros de poder. Si la historia hubiera devenido de otra manera igual donde se hablaría correctamente, entre comillas, sería en Córdoba y no en Valladolid, es una cuestión histórica. Y en Valladolid hablarían mal, entre comillas. El hecho de convertir tu forma de hablar en un lenguaje es un acto político porque es una reapropiación del poder por parte de las periferias. Aparte, lo hemos hecho también por una cuestión puramente estética, utilizar unos caracteres diferentes, una forma de escribir diferente también te da un punto estético diferente que a nosotros nos parecía muy interesante. Tiene dos componentes, el político y el estético.
¿En qué ámbitos se usa el EPA?
El EPA no pretende imponerse a nadie, es un grito, es un acto político, como yo lo entiendo. Está ahí para quien lo quiera utilizar. Ha nacido desde abajo, no des de las instituciones, ha nacido desde el pueblo desde la gente, lo han desarrollado lingüistas y lo han empezado a utilizar artistas. Tiene este punto artístico, político y cultural y sí lo utiliza gente que le parece interesante la propuesta, pero no tiene nada que ver con las instituciones ni nadie de las instituciones lo utiliza.
En el disco colabora Queralt Lahoz, ¿cómo la conocisteis?
La conocía por internet, porque estamos bastante al día de lo que sale de música, de aquí y de fuera, somos bastante melómanos. Ya la tenía fichada, pero tocamos con ella en la Modelo y ahí fue cuando la conocimos y le dijimos de hacer algo para el disco, le mandamos el instrumental, yo tenía el estribillo, le gustó, terminó el tema y la verdad es que se lo curró un montón. Lo hemos hecho con ella en directo y esperamos hacerlo alguna vez más, si está por Barcelona me gustaría que se subiera.
También colabora Kurt Savoy. ¿Cómo surgió la idea y cómo disteis con él?
Estábamos en el local escuchando las demos que nos habíamos traído de Ronda, que fue donde hicimos las maquetas de 'La contraçeña', y el tema tenía un punto de western, de los westerns que se rodaban en Almería. Y dijimos, ¿por qué no intentamos contactar con él? Nos parecía una locura. En su página web había un teléfono de management. Llamamos y nos lo cogió él directamente, el hombre supersimpático. Supersalao, superapañao. Vive en París y lo grabó en un estudio ahí y nos mandó las pistas. Para nosotros es una figura muy importante, lo admiramos y no esperábamos que la colaboración saliera, pero salió superfluida.
Silbaba en las bandas sonoras de Ennio Morricone de las pelis de Sergio Leone…
En algunas sí, en otras no. También hay mucha confusión con eso porque se le atribuyen algunas que él no ha hecho y al revés. No está muy claro cuáles son las que hacía y cuáles no. Nos contó que conoció a Morricone en persona, es toda una historia. También es rockero antiguo, hacía rock and roll como Curro Savoy, es un personaje muy peculiar que merece la pena investigar.
La casa de Ronda donde os encerrasteis para componer el disco había sido un estudio de grabación importante.
Sí es un estudio que había en Ronda en el que han grabado Coldplay, Orishas, dEUS, un montón de grupos. El estudio desapareció y lo convirtieron en un Airbnb. Nosotros alquilamos el Airbnb y lo volvimos a convertir en un estudio y era muy curioso porque conserva muchos de sus elementos. El dormitorio principal tenía la típica ventana de la cabina de grabar, en el baño estaba lo de enchufar los micros, tenían un Hammond, ahí, en plan decorativo, pero conservaba esta aura. Y aparte tiene una terraza des de la que se ve toda la serranía de Ronda. Era un sitio muy peculiar y nos parecía interesante la idea de volver a convertirlo en un estudio otra vez.