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Berta Prieto: "Prefiero ir de cara; no soporto la falsa modestia"

Hablamos con la autora y directora de 'Del fandom al troleig. Una sàtira del bla bla bla', una caricatura de la creación y la exposición personal en el siglo XXI

Andreu Gomila
Escrito por
Andreu Gomila
Editor
Berta Prieto
Foto: Eugènia GüellBerta Prieto
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'Del fandom al troleig. Una sàtira del bla bla bla' es la segunda obra que Berta Prieto escribe y dirige en la Sala Beckett después de debutar con 'Derecho en la pataleta'. Cuenta con Belén Barenys, Roser Dresaire, Judit Martín, Irene Moray y Laura Roig para contar la historia de Paula Miró, un escritora joven que vive de su historia personal. Prieto tiene 26 años y ya ha dirigido varias obras de teatro y ha creado, para Filmin, la serie 'Autodefensa'.

¿De quién es la síntesis Paula Miró?
A priori, podrías decir que de mí. Pero no tanto. Al principio empecé a escribir este personaje pensando que sería un súper álter ego mío. Pero a medida que iba creando este proyecto me he dado cuenta de que no, que es una caricatura muy fuerte de muchas chicas de mi generación que se dedican al mundo de la cultura o tienen alguna inquietud cultural y se sienten sobrepasadas.

¿No estamos pasando un poco con el narcisismo?
Sí. Vivimos en un momento muy ególatra y muy narcisista. Y muchas veces hacemos ver que no. Yo prefiero ir de cara. No soporto la falsa modestia. Pero también es verdad que, desde los medios, se potencia mucho lo de la voz propia, de la identidad, del personaje que eres o no eres, lo que quieres decir o no quieres decir. No sé si es tanto algo generacional o un pasaporte que debes tener para dedicarte a algo del mundo cultural.

Vivimos en un momento muy ególatra y muy narcisista. Paula Miró se inyecta bótox en el cerebro para ser tonta. ¿La inteligencia juega en contra de las mujeres?
No. Para mí tampoco tiene mucho que ver con el género. Es verdad que las mujeres tenemos un ideal de perfección más fuerte y que cuesta más alcanzar. Creo que menos mujeres son fracaso escolar y, por tanto, muchas más mujeres quieren ser las mejores. En ningún caso ser inteligente es un factor en contra para nadie. Simplemente, la obra es una parodia, una hipérbole.

¿Dónde comienza la sátira y termina la toma de conciencia, en esta obra?
Todo convive a la vez. Te puedes reír de muchas cosas teniendo mucha conciencia y no intentar abordar según qué temas desde la solemnidad. Y esto no quiere decir que no te los tomes en serio o que no seas consciente de ello. Para mí, conviven todo el rato. Creo que es una de las gracias de la obra: que se dicen cosas muy de verdad con mucha comedia y no creo que una cosa esté por encima de la otra. A veces me dicen: me encantaría verte haciendo drama. Y yo digo: ¿por qué? No tengo ningún tipo de interés. Es un código que no me interesa en absoluto. ¿Sería más maduro? Quizás.

El drama es un código que no me interesa nada

Hace gracia ver a la directora de cine Irene Moray riéndose de sí misma, hablando de una peli llamada 'Suc de mandarina'. ¿Cómo escogiste las actrices?
Cuando hice el casting de esta obra quería que estuvieran actrices que, más allá de actuar en esta pieza, tuvieran otros proyectos propios y representaran algo fuera de la pieza. Por lo que se habla en la obra, todo esto es metateatral y suma... A Irene Moray, no la conocía personalmente. Y hace muy bien su caricatura. Luego nadie es como su caricatura. Pero ella sí es la directora feminista hegemónica, quien tiene todos estos discursos como identidad. Lo de 'Suc de mandarina' lo escribí riendo y ella se sumó a reírse de sí misma. Hace gracia.

A veces, cuesta que los intérpretes se rían de ellos mismos...
Han sido muy generosos haciendo este ejercicio en pro de mi obra. Una cosa es que yo me ría de misma y otra es que tú quieras hacerlo para algo que no es tuyo. También creo que si no fueran las actrices que son, la obra sería muy diferente. Porque todas han aportado lo que son ellas.

Tienes a Judit Martín, que es la única que no es de vuestra generación. ¿Qué importancia ha tenido en todo el proceso?
Primero, que lo hace de forma increíble. Es la mejor. Creativamente, ha aportado mucho. Tiene un universo muy personal y una forma de hacer que me ha gustado mucho descubrir. Trabaja a partir de personajes y tiene esa cosa de la caricatura y a esta obra le ha ido muy bien eso. Por ejemplo, hicimos muchas improvisaciones durante el proceso creativo y después yo cogía este material y me iba a casa a escribirlas. Muchas réplicas son fruto de improvisaciones de Judit Martín, brillantes. Ella ha sido muy generosa.

¿Entiendes el teatro como un juego?
No. Entiendo el teatro como mi trabajo, mi profesión, que me encanta y puedo divertirme. Estoy en contra de usar esta terminología: el juego, cosas relacionadas con el hobby, con la autorrealización. ¿Por qué debemos infantilizar esto? En este proyecto hemos trabajado mucho. Esto no significa que entienda mi trabajo como una tortura. Me encanta y puedo divertirme. Pero no es un juego.

Me encanta mi trabajo y puedo divertirme. Pero no es un juego

¿Crees que podrás dedicarte al teatro?
No lo sé, me encantaría. Por ahora me está yendo bastante bien.

¿Has aparcado lo audiovisual?
Tengo muchas ganas de realizar algo audiovisual. Y, de hecho, siento que me encanta hacer teatro y creo que es donde mejor soy. Pero también siento que necesito dejar reposar la parte más teatral. Llevo muchas seguidas. Tengo ganas de hacer algo más teatral, quizás más literario.


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