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Hace años que parte de la ciudadanía de Barcelona percibe a los cruceros masivos y los pisos turísticos como una amenaza. La capital catalana es la segunda receptora de cruceristas del Estado, sólo por detrás de Las Palmas. También es la segunda ciudad turística más cara de España, lo que añade presión al parque de la vivienda con la proliferación de pisos turísticos.
Ahora el Ayuntamiento de Barcelona prevé incrementar las tasas turísticas a los visitantes que lleguen a la ciudad a partir de 2024, en concreto a quienes utilicen cruceros de corta estancia y a quienes se alojen en pisos turísticos. Según informa Betevé, el gobierno de Jaume Collboni quiere aumentar la tasa turística a los pasajeros de cruceros de corta estancia, que tendrán que pagar 7 euros por persona y día (actualmente pagan 5,75 euros). También se prevé aumentar la tasa a los huéspedes de apartamentos turísticos que van a pagar 6,25 euros (en lugar de los 5 actuales).
Con esta medida el Ayuntamiento alcanzaría el máximo del límite de subida establecido al inicio de la norma. Un impuesto que se inició con subidas de 75 céntimos en el año 2020 y ha aumentado progresivamente hasta los 2,75 euros actuales del año 2023. A partir del próximo año, el resto de actividades turísticas tendrán un recargo de 3,25 euros.
Con esta medida se quiere mitigar el impacto tanto de cruceristas de corta estancia como de pisos turísticos. La propuesta representaría un aumento de parte de los ingresos del presupuesto municipal, una recaudación por esta tasa que situará en torno a los 100 millones de euros.