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Limitar a los grupos de turistas a 15 personas en Ciutat Vella y a 30 personas en el resto de la ciudad: esta nueva medida se aplicará en Barcelona para mejorar la calidad de vida de los vecinos del barrio. El cambio ha quedado recogido en una declaración de buenas prácticas, fruto de un acuerdo firmado por el Ayuntamiento y las dos asociaciones oficiales de guías turísticos (AGUICAT y APIT).
Más allá de controlar el número de personas de los grupos de turistas, el documento también limita el número de grupos que pueden entrar al mismo tiempo en los siguientes puntos del distrito de Ciutat Vella:
- En la Plaza de Sant Jaume y plaza Reial pueden entrar un máximo de ocho grupos.
- En la plaza del Rei, un máximo de cinco grupos.
- En el Fossar de les Moreres podrán acceder un máximo de tres grupos.
- En el Paseo del Born, un máximo de tres grupos.
- En frente de la fachada de Santa María del Mar, un máximo de tres grupos.
- A la plaza del Pi podrán acceder un máximo de tres grupos.
- En la plaza de San Felip Neri, un máximo de dos grupos.
- En la calle de Salomó ben Adret y plazoleta de Manuel Ribé, un máximo de dos grupos
- En la plaza de Isidre Nonell, un máximo de dos grupos.
- En la capilla de Marcús, un máximo de dos grupos.
- En la plaza de Lluís Millet, solamente podrá entrar un grupo a la vez
- En la plaza del Àngel, también un grupo.
- En la plaza de la Barceloneta, un grupo.
Además, el acuerdo establece una veintena de calles de sentido único para itinerarios turísticos. Así pues, se propone ir de Colón a plaza Sant Jaume por la ruta Regomir-Ciutat, o bien pasar por Argenteria, Santa Maria del Mar y el paseo del Born para desplazarse de la Via Laietana a la plaza Comercial. Únicamente en cuatro puntos del centro de Barcelona se permitirá el paro o el reencuentro de grupos de turistas: en la avenida de la Catedral y las plazas de Cataluña, Universidad, Urquinaona y Comercial.
Tanto para Ciutat Vella como para el conjunto de Barcelona, el acuerdo prohíbe los megáfonos y establece la obligación de sistemas de radioguía para reducir el impacto acústico, que el Ayuntamiento de Barcelona se compromete a facilitar a las asociaciones.
Sin embargo, el documento de buenas prácticas es una medida provisional. De hecho, sirve para controlar la actividad turística mientras no se consigue un marco legal que sea obligatorio para todos, hecho que se está estudiando actualmente. Además, el pacto deja fuera a los guías no-oficiales y rutas como los 'free-tours' que, de momento, no están obligados a seguir estas líneas de actuación.