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Quien más quien menos, alguna vez se habrá encontrado el camino taponado por un grupo de turistas en el centro de Barcelona, un trance especialmente molesto si hablamos de calles estrechas del Born o del Gòtic.
Esto seguirá siendo más complicado, al menos, el próximo año, porque el nuevo equipo municipal de Jaume Collboni está decidido a mantener a raya a las grandes aglomeraciones de turistas.
El Ayuntamiento de Barcelona ha prorrogado un año más la limitación de grupos turísticos en el distrito de Ciutat Vella, según informan en un comunicado. La prórroga tiene como objetivo "mantener el equilibrio entre la actividad económica y la vida de los vecinos de este distrito".
Los grupos tendrán que ser como máximo de 20 personas y, en ningún caso, se podrán superar los aforos establecidos para algunas plazas y calles del distrito especialmente atractivas para el turismo.
Además, se prohíben los altavoces para las explicaciones para minimizar el impacto acústico y fomentar el uso de radioguías. El incumplimiento de la normativa puede acarrear sanciones de 1.500 euros que pueden subir hasta los 3.000 por reincidencia.