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En un momento en que la palabra "rock" parece haberse diluido entre algoritmos y nostalgias forzadas, el Azkena Rock Festival sigue defendiendo la causa con mucha más convicción y rigor que con aspavientos o postureo. La edición número 23, que se celebrará los días 19, 20 y 21 de junio en Mendizabala (Vitoria-Gasteiz), aterriza con un cartel que conjuga leyendas, algunas de ellas oscuras, alguna actuación exclusiva sonada, artistas futuribles y viejas glorias en buen estado de forma. El idilio entre el público y la ciudad ya es perenne: los azkeneros saben que la parte más dulce del año seran los tres días basculando entre la hierba y el asfalto de Mendizabala y el tour gastronómico de Vitoria, rebozados en abrazos y birra ben tirada. Desgranamos la programación de este año.
Jueves, 19 de junio
El pistoletazo de salida lo darán los iconos del indie-rock USA Dinosaur Jr., que tocarán íntegramente su "Without a Sound", ese disco que encapsula como pocos la melancolía guitarrera de los 90. A su lado, el punk heterodoxo de The Damned —con la formación clásica, menos el fallecido recientemente, Brian James, pero tendremos al dueto de tarumbas geniales de Dave Vanian y Captain Sensible— y la intensidad americana de Melissa Etheridge, que en su momento fue descrita como el Brian Adams femenino. Y cuatro joyas dispares: los himnos acelerados del punk-pop magistral de los Buzzcocks, el rock sentido de Quique González, el nervio local de Libe y la psicodelia tenebrosa de Masters of Reality, leyenda de bolsillo del rock alternativo 90's, y padrinos del stoner.

En la carpa de Trashville, ese rincón para los espíritus más salvajes -y con cierto catipén de alerón sudado, advertencia a los novatos- sonarán los latigazos garajeros de Wau y los Arrrghs!!!, el abrasivo hardcore francés de estética medieval (!?) de Fléau (que significa despellejar), la verbena punk italiana de Gogoponies y el desmadre tropical de Mambo Rambo. El DJ El Chico pondrá el broche a la noche.
Viernes, 20 de junio
Habrá que llegar pronto para ver a una leyenda absoluta: John Fogerty paseará su cancionero de la Creedence como si el tiempo no hubiera pasado. La poesía folk-country-rock de Lucinda Williams, toda una institución y uno de los artistas más apreciados por el azkenero veterano, el post-punk artístico de Public Image Limited —con Johnny Rotten cabalgando su leyenda— y el glam-punk festivo de Turbonegro, de inenarrable estética entre un bar gay de marineros y Alice Cooper, prometen una jornada intensa.

Completan el día la energía punk australiana de C.O.F.F.I.N, la explosión glam de Bobbie Dazzle, el homenaje a Little Richard a cargo de Diamond Dogs & Chris Spedding, y el punk vasco de Kaotiko, celebrando 25 años de trinchera. También desfilarán el rock de autor de La Estrella Azul, la colisión de géneros de Psilicon Flesh, el country rugoso de Reckless Kelly, el soul-rock sudoroso de Robert Jon & The Wreck y el pop de raíces de Sarria.
En Trashville, los surf enmascarados de Los Straitjackets, el electro-rock performativo de Escape-ism, el punk suburbial de Las Jennys de Arroyoculebro y el rhythm & blues vintage de Thee Scarecrows Aka sacudirán la carpa. En la Virgen Blanca, la promesa británica Laurie Wright invitará a brindar desde la hora del vermut.
Sábado, 21 de junio
El sábado huele a cierre épico. Manic Street Preachers, leyenda del rock escocés con carga política y humanista de alta graduación, se presentan en fecha única con una descarga de hits y melodías que aún resuenan en la memoria colectiva. The Flaming Lips prometen uno de los momentos más lisérgicos del festival interpretando de cabo a rabo su "Yoshimi Battles the Pink Robots".

Sumarán elegancia y peso propio el crooner postmoderno Richard Hawley, la fiesta de alto octanaje de los suecos high-energy rock The Hellacopters celebrando 30 años -se espera a muchos cincuentones haciendo air guitar por encima de sus posibilidades- y el country rebelde y guitarrero de Margo Price, en su primera visita a España.
Y ojo, que la cantante Cherie Currie revivirá los himnos de glam-punk de callejón de las grandiosas The Runaways, pioneras de casi todo, en una de las últimas oportunidades de verla sobre un escenario (tiene tantos temazos que le perdonamos que sea más MAGA que el secretario de Sanidad de Trump). El entrañable garaje sixties de vieja escuela de The Chesterfield Kings, el punk incisivo de Dead Kennedys, y la kinkidelia aflamencada de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba redondean un cartel que no mira a nadie por encima del hombro y complace tanto al crusty-punk más recalcitrante como al señoro de equipo musical de seis mil euros.
Aún hay más: el descaro rockero de Eh, Mertxe!, el empuje alternativo de Ezezez, el pop soleado de The Lemon Twigs y el punk vibrante de The Pill completan el menú. En Trashville, será turno para la arqueología garajera de The Neanderthals, la electricidad sucia de The Devils, el delirio absurdo de The Sex-Organs y la nueva generación punk representada por Wallaroos. Los DJs pondrán la guinda para quien aún tenga piernas.
El alma del Azkena: la Virgen Blanca
El corazón del festival late también en la Plaza de la Virgen Blanca, con acceso libre y ambientazo siempre. El viernes, Laurie Wright, un cantautor londinense que ha conquistado a figuras como Liam Gallagher y Pete Doherty, traerá su descaro británico, ese que huele a cerveza de pub y a mods con gabardina.

El sábado, la fiesta retro de Kitty, Daisy & Lewis mezclará swing, country, blues y energía juvenil a partes iguales. Jugada perfecta: reservar con antelación en cualquier buen restaurante colindante a las dos y media, y deshacer antes la niebla de la cabeza con una cerveza y los bolazos festivos de la Virgen Blanca.
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