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No se puede negar que viajar en metro en Barcelona es relativamente fácil e intuitivo si lo comparamos con otras ciudades europeas. El camino te lo indica por colores con la ayuda de placas informativas claras, flechas hacia aquí y hacia allí, bastantes taquillas de información y pantallas que, a excepción de cuando indican incidencias o retrasos, son amigables y útiles. Estas apreciadas pantallas que hace 24 años que indican una información que, aparentemente, es la suficiente para el usuario: tiempo de espera del próximo metro, dirección y la hora. ¿Pero nos podrían informar de más detalles? TMB está convencido de que sí y ya tiene reservada una partida de más de 60.000 euros para una prueba piloto que llegará pronto.
Temperatura y ocupación de los vagones en tiempo real
No es ciencia ficción ni es una idea salida de la cabeza de Kubrick. Las nuevas pantallas, ya en licitación para hacer una prueba en tres paradas de la L5, incluirán qué temperatura se cuece en cada vagón, la cantidad de gente que trasladan en aquel momento y recordará donde se encuentra el espacio reservado para las personas con movilidad reducida. La idea del organismo municipal de transporte es mejorar la distribución de los pasajeros en el andén y los vagones pero a la vez es aportar una información que te permitirá ser más selectivo a la hora de elegir el metro o el vagón. Por ejemplo, aquellos pasajeros calurosos podrán optar por los vagones nevera o, en cambio, si vas cargado y te interesa encontrar asiento, andarás más o menos por el andén para dar con el vagón que más vacío vaya.
Una tecnología que ya se aplica
TMB no ha inventado nada del otro jueves, de hecho esta información ya la obtienen a nivel interno los trabajadores del metro. Se trata de una tecnología que calcula la suspensión de los convoyes - actualmente sólo en algunas líneas como la L1 o la L5 - y puede detectar los pasajeros que viajan en función del peso del vagón. Esta información que ahora sólo llega al centro de control, quiere hacerse extensible al usuario y de esta manera se mueva a lo largo del andén en función de sus prioridades. Hay que decir que la información de ocupación es útil pero en el momento que ese metro llega al andén cambia porque mucha gente baja y, por tanto, todo lo que preveía la pantalla puede transformarse en segundos.
La prueba piloto se prevé para el 2020 y será la movilidad del pasajero quien acabará decidiendo si las nuevas pantallas han supuesto una mejora en la experiencia y la distribución del usuario.